El Nutriscore, el nuevo modelo de etiquetado nutricional basado en una escala de colores que impulsa el Gobierno de España, tendrá carácter voluntario y tardará meses en llegar al lineal de los supermercados, además de que este semáforo nutricional no afectar a productos como el aceite de oliva, la leche o los huevos.

Así se desprende de los detalles que ha facilitado en los últimos días el Ministerio de Sanidad, que ha salido al paso de la polémica suscitada desde que el pasado día 12 anunciara la adopción de este sistema, ya implementado en otros países europeos, entre ellos Francia.

Fuentes del departamento liderado por María Luisa Carcedo han confirmado a Efeagro que este etiquetado tendrá carácter voluntario y servirá de complemento para el obligatorio, regulado a nivel europeo y que exige incluir la cantidad de calorías, grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal que lleva un producto por cada 100 gramos o mililitros.

Sanidad escuchará ahora a la industria alimentaria, las cadenas de supermercados, nutricionistas y consumidores

«El reglamento europeo establece que, además de esa información obligatoria, también podrán facilitarse (en el etiquetado) otras formas de expresión y presentación. Nutriscore va a ser la forma de presentación complementaria recomendada por la Administración española», han precisado.

Para regularlo -en principio, a través de un real decreto-, el Ministerio prevé mantener «una ronda de consultas con todas las partes interesadas para recabar sus opiniones de cara a la redacción del proyecto normativo».

De esta forma, Sanidad escuchará a responsables de la industria alimentaria, las cadenas de supermercados, asociaciones de nutricionistas y consumidores antes de elaborar la normativa.

Representantes de estos sectores ya manifestaron su sorpresa por el anuncio realizado por Carcedo y aseguraron no haber sido informados sobre unos cambios que despertaron recelos al conocer este semáforo nutricional.

Fuentes próximas a la ministra han precisado que el objetivo era lanzar el proyecto cuanto antes después de que cinco multinacionales (Coca-Cola, Mondelez, Nestlé, Pepsico y Unilever) hicieran pública la semana anterior su intención de apostar por otro modelo de semáforo nutricional diferente al de Nutriscore.

Finalmente, las cinco empresas que participaban en dicho proyecto -que debatieron a nivel interno sobre este esquema durante más de año y medio- han dado marcha atrás y no utilizarán este etiquetado propio en once categorías de alimentación como tenían previsto en un principio.

El modelo ideado por las multinacionales se basaba en «porciones de consumo» y consistía en colocar un color (verde, ámbar o rojo en función de si era más o menos recomendable para la salud) a la cantidad que contiene un producto de cuatro nutrientes: grasas, grasas saturadas, sales y azúcares.

El informe de la Comisión Europea sobre el tema no está previsto que se publique «hasta principios del año que viene»

El Nutriscore, por su parte, amplía la gama de colores pero coloca una única nota a todo el producto en base a una media de esos mismos nutrientes y otros -fibras, proteínas e hidratos- calculada en unidades de 100 gramos.

Entre los sectores que más alzaron la voz nada más conocer el proyecto de Sanidad destacó el del aceite de oliva, que alertó de que podía recibir peor nota incluso que algunos refrescos «light» por su alto valor calórico.

No obstante, tras la controversia generada, desde el Ministerio puntualizaron que el nuevo semáforo nutricional «sólo se implementará en alimentos compuestos por más de un ingrediente», por lo que se quedan fuera productos como el aceite, la miel, los huevos, la sal, el azúcar o la leche.

«El sistema está pensado para que el consumidor elija el producto más saludable de entre los mismos tipos de productos procesados que están en el lineal. Con ello mejorará su dieta y la industria alimentaria tendrá un aliciente para mejorar la composición de sus productos», han insistido desde Sanidad.

Además, estas mismas fuentes han subrayado que el modelo francés será la base que utilizará el Ejecutivo para diseñar el Nutriscore, aunque «se adaptará a la dieta mediterránea» en colaboración con expertos y científicos.

Desde el Gobierno también defienden que España se adelante a otros países europeos y vaya implementando el Nutriscore, pese a que el informe de la Comisión Europea sobre el tema no está previsto que se publique «hasta principios del año que viene».

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