La Organización de Consumidores (OCU) ha denunciado este jueves 25 que veinte marcas de aceite de oliva virgen extra se venden con este etiquetado a pesar de presentar defectos en el olor o en el sabor, por lo que a su juicio simplemente son vírgenes. Los industriales ven irregularidades en el informe.

Así se desprende de su último análisis comparativo de aceites de oliva virgen extra, realizado en virtud del Real Decreto 538/2015 sobre los análisis comparativos de alimentos, que se ha presentado esta mañana en Madrid y que incluye los resultados de 41 análisis de aceite de oliva extra realizados entre febrero y marzo de este año.

Por su parte, los industriales, envasadores y exportadores de aceite de oliva han defendido la calidad del producto y han asegurado que el estudio tiene irregularidades y se basa “fundamentalmente en criterios sensoriales” de los catadores.

La Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) y la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva (Asoliva), que representan más del 80% del aceite de oliva envasado, han asegurado que “todas las marcas cumplen con los estrictos controles analíticos legales” y “son virgen extra desde el punto de vista analítico”.

A su juicio, las conclusiones del estudio de OCU “se basan fundamentalmente en criterios sensoriales de un panel de catadores; por tanto, hablamos sólo de olor y sabor”.

La OCU ha determinado que existen defectos y son sólo vírgenes los siguientes aceites: Hojiblanca (El nuestro), Carbonell, Koipe, Eroski (vidrio y PET), Dintel Classico, Alipende, Coosur, Covirán (Aceites del Sur y Exquisité), DIA (vidrio, PET y Afrutado), Hacendado (PET), La Masía Exelencia, Olearia del Olivar (Aldi), Guillén, Olisone (PET y vidrio de Lidl) y La Española.

La responsable de este estudio de la OCU, Ana Sánchez, ha insistido en que estos defectos no implican ningún problema de salud pública, si bien a juicio de la organización sí se trata de un incumplimiento de norma. Por su parte, los industriales, envasadores y exportadores de aceite de oliva han defendido la calidad del producto y han asegurado que el estudio tiene irregularidades y se basa “fundamentalmente en criterios sensoriales” de los catadores.

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