El documento que la Comisión Europea ha presentado para la reforma de la PAC contiene aspectos positivos, pero también abre la puerta por primera vez en su historia a que la Política Agraria Común deje de ser común para toda Europa y pase a ser cada vez más nacional. El texto presentado por la CE recoge dar más peso a los Estados en sus decisiones, pero sobre todo deja en el aire la financiación y, especialmente, pone sobre la mesa la cofinanciación. Una ide que ya ha sido rechazada por la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), Isabel García Tejerina, o por Andalucía. Por eso, este lunes 4 el Ministerio se reunirá con las CCAA para analizar «con más detenimiento» el texto y comenzar a «fijar una posición común» para defenderla en Bruselas.

La ministra ha querido señalar que el texto conocido es una «declaración de principios», tal y como insisten las OPAS, un documento de «reflexión» que va a servir para que los Estados miembros de la Unión Europea se «posicionen» de cara al articulado definitivo. García Tejerina ha aclarado que el documento, que lo presentará en Consejo de Ministros, «elimina» cualquier tipo de plazo para la presentación de la propuesta definitiva.

García Tejerina iniciará la búsqueda de aliados en Europa con varios viajes a París en buscar alianzas estratégicas

Sin embargo, se ha mostrado preocupada a la hora de valorar la fuente de financiación de los presupuestos de la futura PAC. En este punto, ha reconocido que hubo un borrador que «rechazaba la cofinanciación», algo que ha desaparecido del documento conocido ahora. «Entendemos que la financiación tiene que se íntegramente comunitaria, que tiene que proceder de fondos europeos y esa es una línea que defenderemos desde el Gobierno», ha reconocido.

Además García Tejerina también ha manifestado cierta «incertidumbre» a la hora de saber como se van a «diseñar» y «aprobar» los mecanismos para el cumplimiento de los objetivos. En este punto ha señalado que se necesitan «muchas explicaciones» de la Comisión para saber si este sistema se va a «simplificar» como se pretende o al final va a ser «todo lo contrario».

La ministra ha insistido en que España va a trabajar como lo ha venido haciendo hasta el momento para intentar «anticiparse» a las negociaciones en Bruselas, idea en la que enmarca sus dos viajes a París en diciembre, una ha para hablar de «sanidad vegetal» y otra para «hablar de la Política Agraria Común» y comenzar a tejer las «alianzas estratégicas» que permitan a España definir su posición a la hora de negociar el documento definitivo.

Asimismo, García tejerina también ha dejado claro la «importancia» a los pagos directos, «una reivindicación por la que ha estado trabajando España y «adoptada con las autonomías», ya que son una «garantía» para que los agricultores puedan «pagar las rentas». También entiende como «positivo» algo que, a su juicio, todo el mundo tiene ya «interiorizado» y que es que la agricultura debe «contribuir» a la lucha contra el cambio climático. En este punto, ha incidido en que es necesaria la «innovación», «fortalecer» la cadena alimentaria, la «posición de los agricultores», algo que, ha asegurado, en España «ya hemos hecho y que pedimos trasladarlo también al ámbito comunitario».

Andalucía rechaza la cofinanciación y critica que los pagos directos se vinculen a cumplir objetivos de carácter ambiental

Por su parte, el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Rodrigo Sánchez Haro, ha expresado su “preocupación” con respecto al futuro de la Política Agraria Común, ya que teme que se está abriendo la puerta a que cada Estado miembro diseñe su propia y estrategia y, por tanto, “deje de ser una política realmente común en Europa”.

Sánchez Haro ha señalado que este documento inicial introduce una mayor subsidiariedad, con lo que cada Estado miembro tendrá que elaborar un plan estratégico para la contribución a los objetivos generales que se establezcan por parte de la Unión Europea (UE). De esta manera, se perdería la visión de conjunto que ha caracterizado a la PAC desde su nacimiento y se adulteraría uno de los pilares básicos y fundacionales de la propia UE. “Se ha puesto sobre la mesa un intento de reforma radical de gran profundidad de la PAC” que, en teoría, persigue su adaptación a la nueva situación de los mercados y a los nuevos retos de la UE, “aunque sin despejar dudas fundamentales”.

El consejero ha considerado que la comunicación presentada por la Comisión “genera además incertidumbre porque faltan muchos elementos de juicio y, sobre todo, porque existe una gran inseguridad sobre el diseño de los pagos directos”. El “temor” en este sentido es que “se deja abierta la puerta a la cofinanciación” de estos pagos directos, algo que “afectaría al mercado interior y rompería la unidad de la PAC”. Asimismo, alerta sobre el hecho de que dichos pagos directos no sólo quedan desdibujados, sino que aparecen siempre vinculados al cumplimiento de objetivos de carácter ambiental. “La agricultura es parte de la solución al problema del cambio climático, pero no se debe dejar toda la responsabilidad del problema a la agricultura”, ha indicado.

Por ello, ha recordado que para la Junta de Andalucía es fundamental que la futura PAC “mantenga el nivel de renta de los agricultores”, para lo que es imprescindible la continuidad de las ayudas directas. Este sistema, además, “facilita el cumplimiento del objetivo de fijación de población al territorio y un desarrollo territorial equilibrado que apoye el empleo rural”. En este sentido, sí se apoya la consideración que la Comisión hace de las pequeñas explotaciones y por tanto de la agricultura familiar, “ligada al territorio y tan importante en nuestro medio rural”.

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