Estos días no se deja de oír titulares acerca de la cosecha de 2017: Se estima que la sequía se va a llevar por delante un 40% de la cosecha española de cereal. Esta situación conllevará, además del descenso del rendimiento medio por hectárea, pérdida de calidad del grano. Por eso APROSE insiste en que será más importante que nunca, una vez finalizada la cosecha, apostar por Semilla Certificada.

Así, recuerdan que la Semilla Certificada requiere menos dosis de siembra y este año, con las previsiones que se manejan, esta cualidad debería ser muy tenida en cuenta. A través de la Semilla Certificada se accede a nuevas variedades que ayudan a mejorar los rendimientos y en consecuencia a aumentar la rentabilidad de las explotaciones.

El año pasado incrementó un 11% el nivel de utilización de Semilla Certificada

De igual forma, insisten en que la esta Semilla «es sinónimo de ahorro» ya que requiere menor tiempo de preparación de la semilla. El agricultor evitará destinar un tiempo significativo en acondicionar el grano de su propia cosecha para la sementera, así como de disponer de un elevado espacio donde almacenar la semilla.

La Semilla Certificada es el inicio de cualquier proceso de  trazabilidad  que responda satisfactoriamente a la demanda de seguridad alimentaria de la sociedad actual. Cada vez son más los agricultores que deciden apostar por ella. El año pasado incrementó un 11% el nivel de utilización de estas semillas.

Prueba también del creciente interés por la semilla radica en el éxito de los eventos celebrados en mayo, superando los 2000 asistentes en las Jornadas GENVCE, los 600 en las Jornadas Semillas Aragón, más de 250 en la VI Jornada de puertas abiertas en Albadalejito o los 400 que asistieron a la Jornada de Zamadueñas prueba de que el interés por la Semilla Certificada está creciendo.

Ante las demoledoras previsiones de este año APROSE recomienda no dejar de creer en las ventajas de la Semilla Certificada. Este año será indispensable sembrar con menos para obtener más, apostar por calidad para obtener mejores producciones y rendimientos, ahorrar en dosis de siembra para garantizar el ahorro tan necesario con las pérdidas a las que nos enfrentamos y sobre todo, asegurarnos de reducir las posibilidades de que entren en campo enfermedades transmisibles por semilla.

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