El centro de investigación NEIKER-Tecnalia ha desarrollado un proceso para el cultivo de la microalga Chlorella que permite obtener más del 50% de su peso en forma de aceite si se cultiva en determinadas condiciones. El aceite generado a partir de las microalgas destaca por su elevado contenido en ácido oleico y palmítico y porque se puede transformar en biodiesel que cumple los estándares marcados por la ley que regula la venta de biocombustibles.

La clave para lograr este aceite radica en el medio de cultivo que se emplea para el crecimiento del alga: está compuesto en más del 80% por nutrientes obtenidos a partir de residuos orgánicos como linaza, restos de ciruelas y de conservas de maíz o peladuras de patata. Otro de los residuos utilizados es la propia biomasa del alga una vez desgrasada, que está compuesta mayoritariamente por proteína e hidratos de carbono. Lo más destacable es que el uso de estos residuos como nutrientes en el medio de cultivo ha implicado un incremento del 30% en la productividad del proceso.

La nueva estrategia de bioeconomía adoptada por la Unión Europea pone de manifiesto la necesidad de promover la investigación en torno a nuevos recursos biológicos que faciliten la diversificación de las cadenas de valor existentes. Las microalgas son un ejemplo de este tipo de recursos.  El cultivo de estos vegetales microscópicos permite obtener un amplio rango de productos de valor económico, al tiempo que se alinea de manera adecuada con los aspectos necesarios de sostenibilidad medioambiental.

Las microalgas, materia prima para obtener bioproductos

Una de las características más reconocidas de los cultivos de microalgas es su elevada productividad, superior a la de cualquier otro cultivo vegetal. Además, por su riqueza en proteínas, lípidos y carbohidratos las microalgas se consideran actualmente como una materia prima de alto valor para su explotación en diferentes sectores económicos.

Su composición química convierte a las microalgas en una materia prima (biomasa) con alto potencial para el desarrollo de biorrefinerías (producción integrada de insumos alimenticios, productos químicos y combustibles). Más allá de su potencial comercial, el cultivo de microalgas se puede considerar como una vía interesante para el desarrollo de nuevas estrategias de valorización de residuos muy beneficiosas para  la economía circular.

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