El aceite de oliva italiano está de capa caída tras una campaña que ha dejado la producción más baja de las últimas décadas, lo que obliga aún más al país a recurrir a la materia de otros sitios como España para alimentar su industria.

Según las últimas previsiones del Consejo Oleícola Internacional, la caída de la producción de aceite de oliva en Italia será del 61% anual en la temporada que va de 2016 a 2017, quedándose por debajo de las 185.000 toneladas.

Fuentes de esa organización detallaron a Efe que ese mínimo en la serie histórica contrasta con las 300.000 o 400.000 toneladas que produce el país de media, por lo que auguran una disminución de sus exportaciones y un ligero aumento de las importaciones respecto a la campaña anterior.

Provisionalmente, en los tres primeros meses reflejan ya importaciones desde España en torno al medio millón de toneladas

Italia suele destinar 600.000 toneladas al mercado interno y otras 400.000 al exterior, por lo que necesita abastecerse de otros mercados para cubrir la demanda.

Mario Rocchi, presidente de la asociación italiana de la industria oleícola Assitol, explica que superan ese déficit productivo importando materia prima de toda la cuenca del Mediterráneo, sobre todo de España, pero también de Grecia, Portugal y Túnez.

El sector, que todavía recuerda la mala cosecha de dos años atrás, ya se lamenta de otra temporada para el olvido.

«Esperábamos que 2014, el ‘annus horribilis’ de nuestra producción olivícola, con solo 200.000 toneladas, fuera la página más oscura para nuestros productores. Lamentablemente 2016 también ha sido negativo», afirma Rocchi.

Solo en 2014 las compras de aceite de oliva español rondaron las 550.000 toneladas, según estadísticas oficiales italianas. Para este año todavía no hay datos cerrados de comercio exterior, pero los provisionales de los tres primeros meses reflejan ya importaciones de ese tipo en torno al medio millón de toneladas.

Otros cálculos ofrece el Ministerio español de Agricultura, que estima que de octubre de 2016 a febrero de 2017 las ventas de aceite de oliva a Italia aumentaron un 69% respecto a los mismos meses de la campaña precedente, hasta casi 180.000 toneladas.

En cualquier caso, la baja producción italiana no es un caso aislado. Se espera que en todo el mundo se produzca un 20 % menos de aceite de oliva esta temporada, sobre todo por los descensos previstos en los países del sur de Europa.

La caída será, no obstante, más moderada, de un 8%, en España, de donde saldrá la mitad de la producción mundial (1,28 millones de toneladas), según el Consejo Oleícola Internacional.

Los olivicultores italianos no han recibido ninguna ayuda y que están recurriendo a los seguros agrícolas

El director general del consorcio de olivicultores italianos Unaprol, Pietro Sandali, echa la culpa de la situación en su país a la sequía. «En los últimos tres o cuatro años hemos tenido una producción con muchos altibajos ligados fundamentalmente al clima», argumenta.

Sandali asegura que no han recibido ninguna ayuda y que están recurriendo principalmente a los seguros agrícolas, aunque en el sector -dice- no están muy acostumbrados a esos instrumentos.

Rocchi critica, además, que todavía no se han puesto a disposición de los productores los 30 millones de euros prometidos por el Gobierno a través del plan olivícola nacional.

Reclama la adopción general de prácticas agronómicas que en algunas zonas del país han servido para mitigar el impacto de pestes como la de la mosca del olivo, que prolifera en ambientes cálidos y húmedos.

Y pide también fondos y planes de acción contra la bacteria Xylella fastidiosa, que ha afectado especialmente a los olivos de la región meridional de Apulia.

Mientras la industria sigue cuantificando los daños, los precios han ido subiendo progresivamente en los últimos meses: a finales del pasado mayo se pagaba a los productores italianos 5,9 euros por un kilo de aceite de oliva extravirgen, un 66 % más que un año antes.

En España el kilo estaba a casi 4 euros, el 36% más, según el Consejo Oleícola, que mide así el pulso del mercado en los principales productores.

(Texto: Belén Delgado / Efeagro)

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