El informe de los programas de vigilancia sanitaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) sobre el ganado porcino en 2017 recoge que el riesgo de Peste Porcina Africana (PPA) en España es «moderado» pero «en aumento».

Según la información contenida en este documento, los ganaderos pueden adoptar acciones para reducir la llegada de la enfermedad a las explotaciones, como son la vigilancia de los animales para la «detección precoz» y la «comunicación inmediata» a los servicios veterinarios oficiales o el refuerzo de la bioseguridad «a todos los niveles».

El año pasado se realizaron inspecciones de control frente a la PPA en 2.470 explotaciones, 337 más que el año anterior, con 92.845 muestras analizadas y 146 partidas de animales procedentes de países comunitarios de riesgo que dieron en todos los casos negativo a la enfermedad.

2017 acabó sin explotaciones positivas a esta enfermedad aunque a lo largo del año se resolvieron 27 focos

El documento recoge, asimismo, un estado de la situación de los focos de PPA en Europa y el papel del jabalí como «elemento fundamental en el mantenimiento y difusión» de esta patología.

Entre las recomendaciones, el MAPA señala la medidas de bioseguridad que tienen que cumplir los cazadores que se trasladen para practicar la caza en países en riesgo.

El dossier refleja la evolución de otras enfermedades en el ganado porcino, como la de Aujeszky, y destaca que, desde 2010, la evolución de la situación epidemiológica ha sido «muy favorable». Así, 2017 acabó sin explotaciones positivas a esta enfermedad aunque a lo largo del año se resolvieron 27 focos.

Las principales amenazas que pueden llevar a la aparición de focos de Aujeszky son los movimientos desde países donde la enfermedad está presente, como Portugal; el cese o relajación en los programas vacunales o la existencia de explotaciones en régimen extensivo/semi extensivo en contacto con jabalíe, aunque el caso más reciente de peste porcina ha sido en Hungría.

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