El nuevo informe de la UE sobre el uso sostenible de los herbicidas confirma que los agricultores cumplen elevadas normas de seguridad y disponen de una adecuada formación para aplicarlos.

En una primera reacción, el Copa y la Cogeca han dicho que este estudio confirma que los agricultores y sus cooperativas cumplen estrictas normas de seguridad y disponen de una buena formación para aplicar un uso sostenible de los herbicidas, aunque lamenta que «esto no está suficientemente promocionado por las instituciones de la UE».

Copa y Cogeca lamentan que las instituciones de la UE no defienden suficientemente estas elevadas normas de seguridad ante el gran público

En una reunión de alto nivel mantenido con la Presidencia estonia, el vicepresidente del Copa, Henri Brichart, ha declarado que «la gran mayoría de las plagas y enfermedades se controlan con prácticas agrícolas como la rotación de cultivos, la selección de semillas y variedades, las prácticas de cultivo, las fechas y densidades de siembra, el riego, etcétera. Sin embargo, algunas de estas tecnologías – las nuevas técnicas de obtención y los productos fitosanitarios – están bajo presión debido a la falta de confianza en las instituciones europeas y la creciente importancia que están cobrando las decisiones sin base científica.»

«Aunque los agricultores disponen de una adecuada formación y su equipo de pulverización es objeto de inspecciones periódicas, las instituciones de la UE no defienden suficientemente nuestras elevadas normas de seguridad ante el gran público, ni consolidan su confianza en nuestro sistema en el uso sostenible de los herbicidas. Por consiguiente, los ciudadanos cuestionan nuestras prácticas agrícolas y se pierden herramientas seguras y eficientes», ha advertido.

El glifosato, que ha recibido una evaluación positiva tanto de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) como de la Agencia Europea de los Productos Químicos (ECHA, por sus siglas en inglés), es un excelente ejemplo de esto.  No deberían existir dudas sobre la renovación de su utilización por los 15 años completos. «Empleamos nuestros productos fitosanitarios de la manera más segura del mundo; sin embargo, la UE no logra salvaguardar la competitividad de nuestra agricultura. Esto desemboca en una pérdida de la competitividad a nivel mundial. Y los agricultores europeos y sus cooperativas deben poder tener acceso a esos avances tecnológicos para poder afrontar los futuros retos y seguir siendo competitivos en el mercado,» ha insistido.

También ha destacado la necesidad de un comercio justo y ha instado a la máxima prudencia en las próximas conversaciones comerciales con el bloque latinoamericano Mercosur, dudando de que estos países estén realmente dispuestos a garantizar condiciones equitativas. El presidente argentino Mauricio Macri, por ejemplo, acaba de anunciar la aplicación de restituciones por exportación a la carne de porcino argentina, ha explicado.

Brichart también ha subrayado el papel importante de los agricultores en garantizar suelos saludables y productivos, proporcionando una solución provechosa tanto para el medio ambiente como para la economía. Nuestra experiencia pasada con la directiva marco sobre el suelo ha demostrado que es necesario buscar una vía alternativa para hacer que las cosas progresen, ha destacado.

En conclusión, ha acogido favorablemente la declaración hecha por varios ministros sobre la importancia de la bioeconomía, diciendo que desempeñará un papel importante en la futura Política Agrícola Común (PAC) y la política de investigación de la UE.

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