“Si otro puede, ¿por qué no voy a poder yo?” Esta pregunta fue la que Esperanza Rodríguez Carrera se planteó hace cuatro años, momento en el que se incorporó a la actividad agraria. Y en la pregunta se intuye la valentía que tiene Esperanza, una bornicha de 38 años, diplomada en Empresariales por la Universidad de Cádiz, que tras trabajar de sol a sol en una empresa nacional, cambió de rumbo y volvió al pueblo para adentrarse en el negocio familiar, una finca de secano y regadío en la que producen, fundamentalmente, cereales y algodón. Ella tenía en mente el cambio, para tener una vida menos acelerada y crear una familia y, fue su padre, José Ángel Rodríguez, quién le ofreció la oportunidad, un hombre inteligente que vio en su hija el relevo perfecto para su futura jubilación.

Como así fue y, contra todo pronóstico, “nadie pensaba que mi padre dejaría el campo pero dos años después de mi incorporación, me dejó al frente de todo”, cuenta la agricultora quién aún no sale de su asombro porque nada hacía pensar que su padre se retiraría tan pronto. Aunque para ser sinceros, sigue dando vueltecitas al terreno y, sobre todo, respondiendo a las mil preguntas que le hace Esperanza Rodríguez, que con muy buen hacer, sabe que en su padre tiene una fuente de conocimiento que “ya querrían muchas grandes empresas”. “Nadie mejor que él conoce estas tierras, porque empezó a los doce años”, comenta.

No todo ha sido un camino de rosas pero Esperanza Rodríguez lo cuenta con mucho humor: “Al principio fue complicado porque el campo es duro y hay que tener una gran condición física pero fui buscándome mis trucos”. Uno de sus trucos es clarificador, tenía que trasladar sacos de 40 kilos y como no podía con ellos “me compré unas botas de seguridad, los colocaba en las puntas, daba pequeños pasos y los iba trasladando”, todavía se ríe al contar la peripecia que ahora tras cuatro años ya ha dejado porque los carga al hombro. Y como ese detalle, todo. “Creemos que no podemos hacer las cosas pero sí podemos, sólo es cuestión de echar horas o de ingenio”, resume.

La presidencia de Amfar y un concurso fotográfico para visualizar el trabajo de la mujer en el campo

Ahora, el tiempo le ha dado la razón y lleva la empresa de su padre de principio a fin, tanto en el campo como en la oficina, tramitando las ayudas PAC, gestión de nóminas, papeleo, etc. Está orgullosa y se ha embarcado en un nuevo reto, presidir la sectorial de Mujeres y Familiar del Ámbito Rural de Asaja-Cádiz, Amfar-Cádiz. Tal vez ese “yo puedo” es el que la ha motivado para contar a otras mujeres que “ellas también pueden”. Eso, y el compromiso adquirido con Pedro Gallardo, presidente de Asaja-Cádiz, quien la animó a presidir Amfar.

Su presidencia está marcada por su propia experiencia, por eso, “la asociación ha tomado un giro; no sólo nos ocupamos de las esposas de los agricultores y ganaderos, estamos muy centradas en las mujeres que son empresarias, que trabajan el campo” y para visibilizarlas la asociación tiene un gran proyecto entre manos, con el que se va a estrenar todo el equipo de la directiva; un concurso fotográfico para visibilizar precisamente el trabajo de las mujeres en el campo.

Bajo el lema “El campo con rostro de mujer”, Amfar-Cádiz abre un concurso para mostrar los muchos y diferentes trabajos que realizan las mujeres en el sector agropecuario. La convocatoria ya está abierta y se pueden mandar los originales al mail amfarcadiz2011@gmail.com Con las fotografías participantes, se abrirá una exposición en CITEA, el edificio donde se ubica Asaja-Cádiz en Jerez, para celebrar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Ese mismo día se dirán las ganadoras. Las bases y todos los detalles se pueden ver en la web www.asajacadiz.org

Esperanza Rodríguez no está sola en su presidencia, tiene un gran equipo que la respalda y trabaja con emoción para sacar la sectorial de Amfar-Cádiz adelante. En la vicepresidencia cuenta con Consuelo Morenés que se está formando en vitivinicultura, la secretaría general la ocupa Catalina Aveledo, ingeniero agrónomo y técnico en viña, y cuenta con tres personas más que son grandes conocedoras de Amfar y han dado un paso al lado para que exista renovación aunque siguen implicadas porque aportan mucha experiencia, tal es el caso de la agricultora Pilar Zumt, la expresidenta María del Mar Ferral y la presidenta de Asaja-Joven Nacional, Paola del Castillo.

Un grupo de mujeres profesionales y muy preparadas que viven el campo de principio a fin.

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