Una previsión de cosechas citrícolas mayor que la precedente no corresponde necesariamente con una exportación mayor, según asegura un informe del Comité de Gestión de Cítricos (CGC), asociación que aglutina a los principales exportadores privados del país y que quiere con este estudio desmontar el «falso mito» de la correlación entre previsiones de la cosecha y volumen de las exportaciones tras haber analizado la evolución experimentada al respecto en las diez últimas campañas.

El citado informe del CGC ha confirmado que en sólo una de las diez temporadas analizadas -en la 2015/16- se dio similitud entre el porcentaje de descenso de las cosechas citrícolas nacional prevista dada a conocer en torno a septiembre-octubre (del -12,5%) con la caída efectivamente experimentada en la exportación (del -13%).

El CGC censura que se usen los aforos oficiales sobre la cosecha para hacer proyecciones sobre precios futuribles

Y tan «inusual» paralelismo se pudo dar porque la comparación se realizaba con la 2014/15, una campaña «anómala» en la que se alcanzó el récord histórico en ventas al extranjero (4,15 millones de toneladas), según han asegurado.

De las nueve comparaciones realizadas (sobre las 10 últimas campañas) en sólo cinco se confirmó la tendencia  de que un incremento en el aforo previsto significara un aumento en la exportación o que una caída se reflejase después en un descenso de las ventas al extranjero. En las cuatro restantes se dio la inercia contraria,  con menor aforo se lograra mayor exportación o que con mayores previsiones se exportase los mismo o menos).

Asimismo, han recordado a este respecto que, de cara a considerar la rentabilidad efectiva lograda por el agricultor y/o por el exportador, tan relevante como el precio obtenido en la compra-venta resulta ser el volumen comercializado/exportado, «pues con cotizaciones igual más bajas pero más kilos vendidos se suelen obtener mayores ingresos».

De ahí que el CGC «censure que se usen los aforos oficiales sobre las cosechas citrícolas para hacer proyecciones sobre precios futuribles o sobre una mayor o menor rentabilidad».

Cree que «hacer recomendaciones a los agricultores sobre precios en julio o en agosto es irresponsable»

Crítica que la entidad extiende con «mayor motivo» a las recomendaciones realizadas a partir de «aforos oficiosos, hechos sin los mínimos medios exigibles, sin rigor y parciales que se realizan a partir de estimaciones sobre una región productora que, como la valenciana, no es representativa pues sólo acapara un 55,8 % de la producción nacional de cítricos y un 15,5 % de la mediterránea».

«Hacer recomendaciones a los agricultores sobre precios en julio o en agosto es irresponsable», han sentenciado desde el organismo, quienes han añadido que «hacerlas en septiembre-octubre, una vez conocidos los aforos regionales, puede ser aventurado porque dependen de la oferta y la demanda, y de factores aleatorios que incidirán sobre las cotizaciones y sobre el volumen exportado» ha advertido el presidente del CGC, Vicente Bordils.

Desde que se aforan los campos en última instancia en agosto, pueden concurrir multitud de incidencias determinantes en la oferta de cítricos, tales como la ausencia/presencia de lluvias estivales, y en la demanda, como el prolongamiento de altas temperaturas en los países del centro y el norte de Europa que desincentivan el consumo, entre otras.

Por todo ello, el CGC ha concluido que, siempre que se vele por preservar el patrimonio citrícola español, con los medios necesarios para prevenir la entrada de las plagas y enfermedades, España tendrá suficiente producción para superar las vicisitudes de cada campaña y garantizar el suministro a todos los clientes europeos en el invierno mediterráneo.

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