El cultivo de la colza ha florecido de nuevo en Castilla y León con una ampliación del 760 por ciento de su extensión durante los últimos diez años, casi cuatro décadas después de que un lote de aceite adulterado provocara en España la muerte a 5.000 personas y graves perjuicios en la salud de otras 25.000. Además, entre sus atribuciones destaca que puede convertirse en una alternativa al polémico aciete de palma.

La ‘brassica napus’, llamada colza para su variante oleracea, es una planta que se utiliza principalmente para la producción de carburantes y para el consumo, aunque en España este uso está menos extendido por el mal nombre que adquirió en 1981 tras los envenenamientos que produjo a más de 25.000 personas.

Es un cultivo rentable porque su precio actual de mercado ronda los 340 euros por tonelada

La colza ha resurgido después de cumplir su condena durante estos treinta y seis años de ostracismo, y ahora está de moda en España y, en concreto, en Castilla y León, donde ya hay 38.410 hectáreas cultivadas, una extensión similar a la de 80.000 campos de fútbol.

El cultivo de colza se ha incrementado un 760 por ciento en los últimos diez años al pasar de 5.059 hectáreas en 2008 a más de 38.000 en febrero de 2017, según datos facilitados a Efe por la Junta de Castilla y León.

La provincia que más ha aprovechado el resurgir de este cultivo ha sido Zamora, con 11.400 hectáreas sembradas, seguida de Valladolid (8.000), y más lejos de Salamanca (2.000), Ávila (3.400), León (2.400), Segovia (2.000), Soria (1.560), Burgos (1.500) y Palencia (1.300).

El proceso de siembra, según ha informado a Efe el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Aurelio González, comienza sobre septiembre -en cuanto llega la lluvia- y se puede realizar con la misma maquinaría de sembrar cereales o con la de remolacha.

González ha destacado que «una vez nace, se desarrolla bien», hasta que se recoge en torno a abril y, si las heladas no dañan el cultivo, resulta «rentable porque su precio actual de mercado ronda los 340 euros por tonelada».

La productividad de la colza es otro de sus puntos fuertes porque, según González, los cultivos de secano producen cerca de 2.500 kilogramos por hectárea y los de regadío entre 4.000 y 5.000, permitiendo unos resultados «con los que salen las cuentas» a la hora de recogerla en primavera.

El óleo de colza, según el secretario de la UPA, es una buena alternativa para «combatir el aceite de palma»

Los usos principales de esta planta responden a fines energéticos aunque, según ha indicado González, «ha tenido muy mala fama» tras lo ocurrido en 1981, cuando «se manipuló el aceite para consumo con aceites industriales», lo que provocó el envenenamiento.

El óleo de colza, según el secretario de la UPA, es una buena alternativa para «combatir el aceite de palma», denunciado en varias ocasiones por la oenegé ambientalista Greenpeace, y ha manifestado que es importante que «el aceite de consumo de la colza se pueda quitar ese sambenito» adquirido hace treinta y seis años.

El productor de colza Ulpiano López ha equiparado el cultivo de colza con el del girasol o guisante, cada vez más asentados, y ha señalado a la Sociedad Cooperativa General Agropecuaria (ACOR) como la responsable del auge de esta planta «porque ha avanzado mucho en su investigación».

Los verdes y amarillos de la colza han vuelto a dar color a los campos de Castilla y León, casi cuatro décadas después, para suministrar aceite industrial, y servir de consumo a una comunidad que ha «perdonado» a esta planta el daño que hizo un lote adulterado por otros responsables.

(Texto: Pablo G. Hermida / Efeagro)

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