Las persistentes lluvias de esta primavera han provocado que la campaña de la alfalfa acumule retrasos y afectará a la producción, que bajará, según las previsiones del director de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA), Luis Machín.

En declaraciones a Efeagro, Machín habla de una campaña de la alfalfa «complicada» porque el primer corte o siega se retrasó cerca de un mes respecto a lo habitual, que es a primeros de abril, y el cultivo sufrió el ataque de gusanos.

Según Machín, este retraso se debió a la lluvia, ya que es necesario esperar a que haya varios días sin precipitaciones desde el corte para que pueda secarse en el campo antes de enviarla a las plantas transformadoras.

Las causas no son sólo las fuertes lluvias, sino también una menor extensión de terreno sembrado

El segundo corte, que se debería haber producido ya, sigue retrasándose por las tormentas, por lo que el agricultor «no encuentra el momento adecuado» para segar, según ha señalado.

Machín ha incidido en la necesidad de esperar a un buen momento para evitar que la alfalfa cortada se moje, ya que si no se resta calidad al producto y sube su coste de transformación (deshidratación).

Además, no sólo la calidad puede verse mermada, también la producción, y en este sentido ha apuntado que este año los volúmenes en la campaña de la alfalfa serán menores a los del año pasado, cuando se recogieron 1,45 millones de toneladas.

Las causas no son sólo las fuertes lluvias -que provocaron riadas como las del Ebro, que «se llevaron por delante» terrenos de alfalfa-, sino también una menor extensión de terreno sembrado.

Para Machín, esta inestabilidad meteorológica «está afectando mucho» a la campaña de la alfalfa deshidratada por lo que vendría «muy bien que dejase de llover» para «poder entrar a cortar» el cultivo.

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