La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó este martes 26 su informe anual sobre políticas públicas en materia de agricultura, en el que destacó que la mayor parte del apoyo a productores «se dio a través de medidas que perturbaron el comercio», una tendencia que pidió revertir, uniéndose así a la teoría de Donald Trump contras las ayudas de la PAC a la aceituna negra.

«Casi dos tercios del apoyo a los productores en los países que hemos estudiado distorsionan de manera particularmente fuerte las decisiones comerciales», constató el informe presentado en Bruselas, en el que aseguró que la dependencia de estas medidas «incluso ha ido en aumento».

El apoyo público a los agricultores fue equivalente al 18% de sus ingresos, un descenso frente al casi 30%

El informe «Seguimiento y Evaluación de las Políticas Agrícolas en 2018» estudia la situación del sector agrícola en los 35 países que forman parte de la OCDE, así como en otras diez economías emergentes: Brasil, China, Colombia, Costa Rica, Kazajistán, Filipinas, Rusia, Sudáfrica, Ucrania y Vietnam.

Los países de la OCDE destinaron una media de 285.000 millones de euros al año al sector agrícola en el periodo 2015-2017, de los que 205.000 millones (el 72 %) fueron entregados como apoyo a los agricultores.

El apoyo público a los agricultores fue equivalente al 18 % de sus ingresos, un descenso frente al casi 30 % que representó en el periodo 1995-1997.

Por su parte, las diez economías emergentes estudiadas por la OCDE destinaron una media de 266.000 millones de euros al año a sus sectores agrícolas, 233.000 de los cuales (el 84%) estuvieron dirigidos a los agricultores.

Sin embargo, mientras que en la OCDE el apoyo público a los agricultores con respecto a sus ingresos había disminuido sustancialmente en las últimas décadas, en estas economías emergentes la tendencia fue justo la contraria: pasó del 2,9 % en el periodo 1995-1997 al 13,5 % en el periodo 2015-2017.

El informe destacó que, mientras que en la OCDE están abandonando las políticas públicas de apoyo al sector agrícola que «distorsionan el mercado», en las economías emergentes estudiadas estas medidas han crecido hasta representar el 80% del total.

La OCDE también analizó de forma individualizada los casos de los 51 países objeto de estudio, aunque en la Unión Europea (UE) no entró a valorar la situación de los Estados miembros, sino las políticas públicas en el ámbito comunitario.

Recuerda las «medidas excepcionales» en los sectores lácteo y porcino, así como a la producción de frutas y verduras

En este sentido, el informe destacó que alrededor del 50% del apoyo público a los agricultores está condicionado por cláusulas medioambientales obligatorias, mientras que un 8% adicional se puede obtener de cumplir una serie de estándares superiores a los exigidos por ley.

Entre los principales cambios de 2017, la OCDE destacó la simplificación de la Política Agrícola Común (PAC) y el fin de las cuotas impuestas a la producción de azúcar.

El informe recordó que siguen aplicándose «medidas excepcionales» en los sectores lácteo y porcino, así como con respecto a la producción de frutas y verduras.

La OCDE celebró que la UE «haya mejorado la composición de las ayudas en las últimas tres décadas» e hizo especial hincapié en el incremento de los pagos no relacionados directamente con la producción, lo que «ofrece a los agricultores la posibilidad de tomar decisiones sin depender de la acción gubernamental».

En el caso de Latinoamérica, el informe destacó las ayudas dirigidas a productores jóvenes (de entre 18 y 35 años) en Chile o las medidas colombianas de compensación de producción a los productores de algodón y de reestructuración de deuda a los agricultores.

La OCDE recogió también el caso de Brasil y la mejora de su sistema de Inspección Veterinaria, la regularización del proceso de registro de productos químicos en Costa Rica y la creación en Chile del Comité Técnico sobre el Cambio Climático en el marco del Ministerio de Agricultura.

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