La eurodiputada de Podemos, Estefanía Torres, ha instado a la Comisión Europea a elaborar un plan de impacto para proteger la IGP Ternera Asturiana ante el acuerdo comercial inminente entre la Unión Europea y Mercosur.

Las negociaciones entre Mercosur y la Unión Europea se han retomado este lunes 6 para delimitar los compromisos entre ambas partes, relacionados con la apertura de sector agrícola y ganadero. «Nos preocupa que tras el acuerdo, países como Argentina puedan aumentar las exportaciones de carne alterando el mercado cárnico europeo y afectando a los pequeños trabajadores del sector primario en Asturias», ha manifestado la eurodiputada asturiana.

La producción de la IGP Ternera Asturiana tiene detrás un gran trabajo de ganaderos, profesionales de mataderos, de salas de despiece, comercialización y carniceros, junto a un equipo de inspección que trabajan para que el consumidor tenga un producto de calidad. Asimismo, tiene un papel importante con aspectos relacionados con la conservación del paisaje y la biodiversidad en Asturias ya que la localización geográfica y la orografía de Asturias son determinantes para la carne asturiana pueda ampararse bajo el distintivo europeo Indicación Geográfica Protegida.

Al menos 33.000 agricultores/as y ganaderos/as en Europa podrían perder su trabajo, especialmente en España

Para Torres, «este acuerdo comercial, que lleva en negociaciones 18 años, estaría acompañado de decisiones políticas internas como reformas laborales que tendrían un impacto directo sobre el empleo en este sector y podrían poner en peligro la producción» de la IGP Ternera Asturiana.

Estefania TORRES MARTINEZ in plenary session Week 37 2017 in Strasbourg

Según la evaluación de la Comisión, al menos 33.000 agricultores/as y ganaderos/as en Europa podrían perder su trabajo, lo que supondría un nuevo varapalo para la pequeña agricultura familiar, especialmente en España donde miles de explotaciones han tenido que cerrar por las políticas de liberalización comerciales de la UE en los últimos años.

«El acuerdo tendría también un coste medioambiental que todavía no se ha calculado, pero es indudable que supondrá incidir en un sistema agroalimentario mundial  injusto e insostenible y que es uno de los mayores causantes del cambio climático», sostiene Torres.

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