La propuesta de la Comisión Europea para reformar la Política Agraria Común (PAC) a partir de 2021 no llega a satisfacer las pretensiones de hacerla más ecológica y su enfoque sobre el rendimiento no es lo suficientemente sólido, según las conclusiones principales de un documento elaborado por el Tribunal de Cuentas de la UE, donde los auditores europeos insisten en marcar nuevas pautas, a la vez que critican la insuficiente rendición de cuentas.

Señalan que muchas de las opciones propuestas para esta política son muy similares a las de la actual PAC. En particular, la mayor parte del presupuesto continuaría financiando pagos directos a los agricultores sobre la base de un número determinado de hectáreas de tierra poseída o cultivada. No obstante, este instrumento no es apropiado para responder a numerosas preocupaciones de carácter medioambiental, ni resulta el modo más eficiente de apoyar unos ingresos viables, indican los auditores.

Ven una PAC poco realista con el cambio climático y que no hay garantías de control sobre los pagos

Los auditores europeos señalan que la propuesta de Bruselas tiene instrumentos para responder a los objetivos medioambientales, pero denuncian que «no están definidos claramente en unos valores cuantificados». Por ello, aseguran que la manera de evaluar y de medir el grado de ecologización de la PAC es impreciso.

Además, el informe subraya que la estimación del Ejecutivo comunitario de la contribución de la PAC a los objetivos de la Unión Europea sobre cambio climático es «poco realista» y creen que muchas de las opciones «son muy similares» a las que existen en la actualidad.

La propuesta introduce cambios fundamentales en la aplicación práctica de la política. Se observa que la orientación a la conformidad se desplaza a una mayor orientación al rendimiento, lo cual celebran los auditores europeos. No obstante, consideran que la propuesta no contiene los elementos necesarios de un sistema de rendimiento eficaz. La nueva PAC necesitaría más incentivos para el rendimiento y objetivos claramente vinculados a las realizaciones, los resultados y el impacto.

Otro cambio clave exigido por los auditores europeos es la redefinición de las normas de la UE sobre la subvencionabilidad de los pagos de la PAC pero, dadas las limitaciones del modelo propuesto, es posible que ello dé lugar a un debilitamiento del marco de garantía. Los auditores señalan que los controles y las auditorías serán menos numerosos y menos eficaces y critican que la propuesta no incluya un sistema de control externo «sólido» y advierten de que la Comisión Europea no recibirá estadísticas de supervisión de los organismos pagadores, ni garantías de los organismos de certificación sobre los pagos efectuados a los agricultores, lo que «afectaría a la obligación de rendir cuentas» por parte de Bruselas.

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