El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha denunciado a un vecino de Santa Brígida (Gran Canaria) por un delito de maltrato animal, tras comprobar las «pésimas condiciones» en las que mantenía a 18 podencos en unas perreras anexas a su casa.

Con la ayuda de una veterinaria del Ayuntamiento de Santa Brígida, los agentes pudieron comprobar que cuatro de los 18 perros presentaban una «extrema delgadez», además de dificultades para moverse o mantenerse erguidos, heridas o llagas de posicionamiento, según ha informado este martes 13 la Comandancia de Las Palmas.

Los animales que tenía cartilla sanitaria no había recibido las vacunas obligatorias desde 2013 y todos tenían heridas

En las mismas perreras encontraron otros ocho podencos con pequeñas heridas y una delgadez importante, dos crías de la misma raza con pocas horas de vida y restos aún en el cuerpo del cordón umbilical y una hembra parturienta que parecía tener todavía más cachorros en su interior.

Los agentes verificaron que diez de los animales no contaban con cartillas veterinarias, no estaban identificados de acuerdo a las normas de protección animal, ni poseían cartillas sanitarias.

Y si los animales tenían cartilla no había recibido las vacunas obligatorias desde 2013 (la normativa de Canarias obliga a vacunar contra la rabia todos los años a los animales domésticos).

Igualmente, se encontraron seis cartillas de otros animales cuyo fallecimiento no había sido comunicado a ningún veterinario.

La Guardia Civil asegura que en la vivienda de este vecino de Santa Brígida, de 42 años, encontraron 19 perreras con «un lamentable estado desde el punto de vista sanitario», ya que había «abundantes restos de excrementos sin recoger aparentemente desde hacía días, así como orines en el suelo».

Había dos ciegos, cuatro con desnutrición muy grave y el estado físico del resto de los animales era, en general, «muy malo»

«Muchos perros no tenían cerca ni agua ni comida mientras que otros tenían recipientes de agua turbia de color verde, observando una falta de atención y cuidados de limpieza generales», añade.

El informe de la veterinaria que acompañó a la Guardia Civil en el registro determina que cuatro de los perros sufrían una desnutrición «muy grave», con «riesgo inminente para la vida» en uno de los casos, y que el estado físico del resto de los animales era, en general, «muy malo».

Uno de los canes en concreto padecía conjuntivitis severa, caquexia (extrema desnutrición), llagas posturales y necrosis en varias partes de la piel, con una herida que dejaba expuesto un hueso. Además, otro de los podencos estaba completamente ciego.

El Seprona ha denunciado por todo ello al propietario de los perros como posible autor de un delito de maltrato animal del artículo 337 del Código Penal ante el Juzgado de Instrucción número 6 de Las Palmas de Gran Canaria.

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