El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) ha reconocido que «los primeros resultados apuntan a que no existen problemas para autorizar el uso de dicho parásito (Torymus sinensis) de forma generalizada» para parar la plaga de la avispilla del castaño.

No obstante, ha remarcado que el Torymus sinensis, depredador natural de la avispilla, «está considerado como especie exótica invasora», según la respuesta escrita a la pregunta de los diputados socialistas José Juan Díaz y Josefa González, sobre las medidas para parar la plaga de la avispilla que ataca al castaño en España y prevenir su aparición en zonas no afectadas. Una medida que también reclama la Red Estatal del Castaño.

El Mapama ha señalado que «existe un riesgo potencial de que el Torymus sinensis liberado al medio natural pueda comportarse como una amenaza para al menos cuatro especies autóctonas de Torymus», según el Comité Científico constituido para estudiar medidas para atajar el problema de la avispilla en los castañares españoles.

Desde 2015 se han realizado dos ensayos de estudio de suelta del Torymus sinensis en dos zonas confinadas, pero no su uso generalizado

Por ello ha recomendado que «se realice un proyecto de investigación para despejar esta incertidumbre y que, tras finalizarse el proyecto se evalúe de nuevo la solicitud a la luz de los resultados que se obtengan».

El Mapama «es consciente y concede a este problema toda la importancia y medios que, por su importancia ambiental y productiva, se merece», pero ha apuntado que para «la introducción, distribución y liberación del Torymus sinensis se requiere una autorización por parte de la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria».

Hasta la fecha se han autorizado liberaciones experimentales, desde 2015 se han realizado «dos ensayos de estudio de suelta del Torymus sinensis en dos zonas confinadas, pero no su uso generalizado todavía».

Estos estudios los están ejecutando las autonomías que han solicitado las liberaciones (Galicia y Andalucía) y, según el Mapama, «los primeros resultados apuntan a que no existen problemas para autorizar el uso de dicho parásito de forma generalizada», pero falta el proyecto de investigación para «despejar» cualquier incertidumbre.

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