El presidente ruso, Vladímir Putin, ha respondido al manteniemiento de las sanciones de la UE con un nuevo decreto por el que Rusia prorroga hasta el 31 de diciembre de 2018 el embargo a los alimentos perecederos procedentes de la Unión Europea (UE). La lista de productos europeos prohibidos por este nuevo veto ruso incluye frutas y verduras, carnes, pescados y lácteos.

Rusia responde con esta medida a la decisión tomada hace dos días por la Unión Europea (UE), que prorrogó por otros seis meses las sanciones económicas a este país por su papel en el conflicto en el este de Ucrania y por no haber aplicado suficientemente los acuerdos de paz de Minsk.

El nuevo pulso político deja sin efecto la petición del fin del veto ruso reclamado por el sector hortofrutícola

«Reaccionaremos de forma que corresponde. El Gobierno propondrá ampliar las contrasanciones por otro año, hasta el 31 de diciembre de 2018», adelantó el primer ministro de este país, Dmitri Medvédev.

La UE vincula la duración de las medidas restrictivas a Moscú con la plena implementación de los acuerdos de Minsk entre Kiev y los rebeldes prorrusos, que incluyen un alto el fuego permanente y la devolución del control de la frontera oriental de Ucrania a las autoridades ucranianas.

Las sanciones europeas están centradas en los sectores de las finanzas, la energía y la defensa, así como en el ámbito de los productos de doble uso (civil y militar).

Con esta prórroga, el sector hortofrutícola europeo vuelve a ser el más perjudicado por los intereses políticos de la Unión Europea a pesar de que llevan tiempo denunciando los efectos devastadores de este veto ruso, con pérdidas calculadas en 2.000 millones de euros, y reclamando que se ponga fin al mismo. Asimismo, no hay que olvidar que a los efectos de esta prohibición de exportar a Rusia se le suma el nuevo acuerdo alcanzado con Ucrania para la importanción de cereales, tomates y miel de ese país sin que tengan que pagar aranceles.

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