Las plantaciones de olivo superintensivo cuadriplican la rentabilidad del sistema tradicional gracias a la innovación tecnológica y a la mecanización del sistema. Por ello, en una región como Extremadura, en la que la producción de aceite se extiende a lo largo de más de 275.000 hectáreas de plantaciones de olivo, en cualquiera de sus variedades, cada vez más agricultores se decantan por modelos de cultivo de olivo superintensivo.

Se trata de una producción de olivar en seto que en las últimas cosechas ha alcanzado una rentabilidad de 2.400 kilogramos de aceite por hectárea recolectada.

Esto, frente a la media nacional que se sitúa en 530 kilogramos de aceite por hectárea en cultivo tradicional, supone un incremento considerable de los beneficios para el agricultor.

Una iniciativa extremeña busca alcanzar los 3.000 kilogramos de aceite por hectárea

Estas cifras han sido facilitadas por la empresa Agromillora Iberia durante la celebración de unas jornadas técnicas en la feria de agricultura Agroexpo, que se celebra en la localidad pacense de Don Benito.

No obstante, el objetivo de esta entidad es alcanzar los 3.000 kilogramos de aceite por hectárea, que ya empiezan a recolectarse en algunas de las fincas que la empresa supervisa en Extremadura y Portugal.

Una meta «muy ambiciosa, alcanzable y real», tal y como ha indicado a Efe el delegado en Extremadura y Portugal de Agromillora Iberia, Rubén Márquez.

Para conseguirlo, la innovación tecnológica en los procesos de producción de plantas de olivo en seto trabaja durante los últimos años al servicio del desarrollo de nuevos formatos de cultivo y a la implementación de nuevos modelos agronómicos como el modelo de olivo superintensivo.

Agromillora dispone del laboratorio in vitro más grande de Europa con la tecnología más avanzada del sector para ofrecer al agricultor un producto avanzado que le permita tecnificar la gestión de sus plantaciones y maximizar la rentabilidad de sus cultivos.

Tras producir las plantas, ofrecen un servicio técnico que busca la innovación en la agricultura con la mecanización del proceso y la plantación de nuevas variedades que «abren el abanico en calidad y cantidad de aceite», ha reconocido Márquez.

El objetivo es buscar una continuidad para que en cada campaña haya una renta media aceptable

Es un modelo para producir a bajo coste donde la cosecha está mecanizada del mismo modo que el resto de la producción donde se reduce la mano de obra.

El objetivo es buscar una continuidad para que en cada campaña haya una renta media aceptable, con un modelo de producción a bajo coste, inferior a cualquier otro modelo con 1,2 euros por kilogramo de aceite.

Cualquier otro modelo sitúa los costes de producción en 1,5 euros por kilogramo, algo que será de «dudosa rentabilidad» cuando el aceite estabilice su precio final en torno a los 2.5 euros el kilo, ha sentenciado Márquez.

En la actualidad, la empresa trabaja en la extensión de este sistema en el campo extremeño que se sitúa a día de hoy en torno al 3 por ciento de las plantaciones con la innovación y la tecnología como pilares fundamentales en el desarrollo de la agricultura.

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