En junio de 2013 los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) aprobaron la primera gran reforma de la Política Agrícola Común en una década, tras varios meses de tira y afloja y polémicas sobre cuotas, subsidios y medidas para mejorar la transparencia en materia medioambiental y una de las claves fue la apuesta por la simplificación de la PAC

Pero cuando las nuevas reglas entraron plenamente en vigor en 2015, con un año de retraso, algunos líderes políticos comunitarios que la aprobaron pidieron que se realizaran cambios en algunas directrices que, a su juicio, eran excesivamente complejas de gestionar y administrar.

En 2016, la Comisión Europea emprendió algunas iniciativas con el objetivo de simplificar la PAC y ayudar a los agricultores y ganaderos a aplicarla, al tiempo que aseguraron que el proceso continuaría hasta 2020.

En 2017 se aplicó la primera de esas medidas de simplificación, pero todavía queda mucho por hacer, aseguran las asociaciones de agricultores de la UE.

Los agricultores apuestan por una simplificación

En referencia a la nueva PAC, después de 2020, el presidente de la asociación de agricultores europeos (Copa-Cogeca), Martin Merrild, aseguró a EURACTIV.com, socio de Efe: “Necesitamos una simplificación, . La PAC debe ser simple. Hablo con muchos agricultores, y ese es el mensaje principal que nos trasladan. Hacedlo simple para que lo entendamos y, sobre todo, para que podamos dormir por la noche”.

Además de la simplificación, los legisladores de la UE están analizando maneras de “producir más con menos”, lo cual significa aumentar la productividad para alimentar a una población en constante crecimiento, y, al mismo tiempo, proteger el medio ambiente utilizando menos insumos.

La nueva PAC para después de 2020 intentará encontrar un equilibrio entre esos objetivos. La Comisión Europea también llevó a cabo una consulta pública, y la introducción de las nuevas tecnologías (la “agricultura digital”) en el sector agrícola fue uno de los temas candentes.

No obstante, no está claro todavía cómo podrá encajar la denominada “agricultura de precisión” en la nueva PAC.

Información de fondo

Lanzada en 1962, la Política Agrícola Común es un sistema de subsidios a la agricultura de la UE, y de programas que representan el mayor esfuerzo presupuestario para el bloque comunitario (casi el 40% del actual presupuesto, comparado con casi el 70% en los años 70).

Pero la PAC no es algo estático: siempre ha sido como un gran “mecano” en constante construcción. Las reformas de esa política comunitaria se iniciaron en los años 90 para intentar solventar gradualmente el problema de las cuotas de producción sobrantes, o excedentes.

En 2003 se realizaron esfuerzos para “desacoplar” los subsidios de las cosechas o producciones específicas, pero un acuerdo cerrado el 26 de junio de 2013 –e implementado en 2015- modificó la situación

“El desacoplamiento sistemático no parece ser el objetivo último. A excepción de Alemania, todos (los países) están siguiendo la opción del `reacoplamiento´”, según se desprende de un análisis del “think tank” Farm Europe.

Además, la nueva PAC retrasó los esfuerzos de liberalización del mercado al ampliar las cuotas del azúcar y los derechos de plantación de vides. También introdujo nuevos elementos :

-. Incentivos para motivar a los jóvenes a trabajar en agricultura, y apoyo a la agricultura familiar.

-. La gradual armonización de los pagos del pilar 1 entre agricultores en los Estados de la UE que son socios del bloque desde hace más tiempo, y en los países que se han adherido desde 2004.

-. Medidas más “verdes”, cuyo objetivo es promover la conservación del terreno y la protección de la biodiversidad.

Garantizar la seguridad alimentaria

La PAC está delineada en torno a cuatro normativas que cubren el desarrollo rural, la financiación, los pagos directos a los agricultores y las medidas de mercado. Su objetivo general es garantizar la seguridad alimentaria, promover la agricultura sostenible y las buenas prácticas medioambientales, y ayudar a lograr un desarrollo equilibrado para evitar que las áreas rurales se conviertan en zonas pobres.

Pero la PAC no se centra solamente en apoyar a los agricultores. Casi una cuarta parte, equivalente a 95.600 millones de euros, del presupuesto total del programa (408.300 millones de euros) para el período 2014-2020 se orienta al turismo y otros proyectos de desarrollo rural, cuyo coste es compartido mediante fondos públicos y los fondos europeos. La parte del león, 312.700 millones de euros, se entrega directamente a los agricultores.

La PAC es el programa más importante y costoso de la UE, y supone 4 de cada 10 euros que gasta el bloque. Cerca de 1.100 funcionarios de la Comisión Europea trabajan, desde distintas direcciones generales de Agricultura, para gestionar el programa.

Las autoridades nacionales, regionales y locales desempeñan un papel importante a la hora de administrar el programa, que según estimaciones de la Comisión Europea, beneficia a cerca de 8 millones de personas en la UE, sobre una población de más de 500 millones en el bloque comunitario.

A pesar de su importancia presupuestaria y política, la agricultura representa una pequeña parte de la economía de la UE: supone el 1,7 % del Producto Interior Bruto (PIB) comunitario, y un 4,6% del empleo total, según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La UE y Estados Unidos compiten entre sí para ocupar el puesto de primer exportador agrícola mundial. El volumen del comercio agrícola de la UE en 2016 alcanzó los 130.700 millones de euros.

Proceso legislativo histórico

El proceso legislativo fue histórico: era la primera vez que el Parlamento Europeo tenía un papel equivalente (a otras instituciones) para influir en la legislación agrícola y financiera, con una ampliación de competencias conseguida gracias al Tratado de Lisboa, de 2009.

El lento proceso de aprobación se tradujo en que el texto entró en vigor con un año de retraso: en 2015. Nerviosos por las nuevas normas y por los complejos procedimientos administrativos, los ministros de Agricultura de la UE pidieron que se simplificaran los procedimientos en varios puntos.

Entre ellos, se pidieron políticas más “verdes”, la aprobación para proyectos de desarrollo rural, y la reducción de las exigencias administrativas para las organizaciones de productores. Los cambios aplicados entraron en vigor en 2016.

Temas de debate

Ahora, los legisladores han lanzado el debate sobre la PAC post 2020. De febrero a mayo de 2017, la Comisión Europea llevó a cabo una consulta pública, cuyos resultados fueron presentados el 7 de julio de 2017. La consulta incluyó las opiniones de personas de toda la UE, entre ellos agricultores, empleados en empresas agroalimentarias y miembros de la sociedad civil.

De acuerdo con los resultados de esa consulta pública, los principales obstáculos para el sector son la falta de tierras (29%), los bajos márgenes de beneficio (23%) y los requisitos administrativos (13%).

Por lo que se refiere a los ingresos, una aplastante mayoría de encuestados respondió que los agricultores reciben un porcentaje muy pequeño del precio pagado por los consumidores por la compra de un producto. Los encuestados también dijeron que sus ingresos eran mucho más bajos en comparación con otros profesionales, y que los agricultores de la UE se enfrentan a reglas más estrictas que los no-europeos.

En relación con los desafíos medioambientales, los encuestados destacaron la protección de la biodiversidad, la reducción del deterioro de los terrenos, y el mejor uso de fertilizantes y pesticidas, mientras que la mayoría de encuestados respondió que la actual PAC no está enfocada a esos retos.

Por otro lado, todos los actores clave se mostraron de acuerdo en que la PAC debería hacer más en tres áreas concretas: el impulso a las inversiones, el crecimiento y el empleo, la reducción y adaptación al cambio climático y el refuerzo del mercado único de la UE.

Medidas de simplificación

El comisario de Agricultura de la UE, Phil Hogan, admitió que la nueva PAC fue “más complicada de lo necesario”, y anunció nuevas medidas para simplificarla, entre ellas, entre otros puntos:

-. Mayor flexibilidad de las exigencias de “mapeo” para las EFA;

-. Una ampliación de la fecha límite para la presentación de solicitudes de ayudas;

-. Más flexibilidad en los requisitos de elegibilidad para las ayudas asociadas voluntarias.

“En beneficio de todos, necesitamos simplificar las cosas. Es uno de mis objetivos principales para los próximos años: reducir la carga administrativa al tiempo que garantizamos que se defienden todos los intereses”, subrayó.

Hogan detalló que el foco de la gestión política para el sector agrícola de la UE debería pasar de un modelo de cumplimiento a uno de resultados, para reducir y mejorar los controles y la carga administrativa general, pero especialmente el peso administrativo que soportan sobre sus espaldas los agricultores.

Los principales cambios hasta la fecha se han producido en la legislación secundaria, en las áreas de pagos directos, y en el sistema integrado de administración y control (IACS) para la gestión y control de los pagos a los agricultores que realizan los Estados miembros a partir del presupuesto de la PAC, y la implementación de la política de desarrollo rural y las reglas que controlan la regulación de sectores de mercado específicos.

“Donde sea apropiado, una mayor subsidiariedad para los Estados miembros podría permitir la suficiente flexibilidad para gestionar la política de la manera más adecuada, al tiempo que la UE sigue definiendo los objetivos y las metas que cumplir”, subrayó recientemente Hogan.

“He propuesto un sistema nuevo y más justo de penalizaciones por los errores, además de un sistema de `tarjeta amarilla’ para los errores que se hayan cometido por primera vez. Confío en que esto acabe con el estrés y la ansiedad que muchas esforzadas familias sienten cuando rellenan los detallados formularios”, comentó Hogan, al tiempo que añadió que la posibilidad para hacer revisiones preliminares de los impresos oficiales de ayudas que deben realizar las autoridades antes de que la solicitud quede formalmente cerrada hará que disminuyan los errores, ya que se colabora de manera activa con los agricultores para garantizar que sus solicitudes sean exactas.

Además de esos cambios, un portavoz de la UE declaró a EURACTIV.com que la Comisión Europea también ha introducido una panoplia de medidas diseñadas para mejorar las exigencias de “reverdecimiento” (greening) y la administración, y ha simplificado las exigencias para que los beneficiarios de fondos de desarrollo rural publiquen sin restricciones la información relativa a esos fondos, ofreciendo mayor flexibilidad para permitir que los programas nacionales de desarrollo rural puedan enmendarse, y responder así a desastres naturales, al tiempo que ha simplificado las normas que rigen las ayudas al sector apícola.

El ganadero Ángel García da de comer a una novilla con un sensor colocado en el cuello que le indica, vía teléfono móvil, cuando será su momento óptimo de inseminación. EFEAGRO/J.J.RÍOS

“La próxima vez que se simplifique la PAC se reducirán 200 reglamentaciones actuales a 40 o 50, recortando la burocracia para agricultores, operadores, y administraciones nacionales”, explicó Hogan en entrevista con EurActiv.com, al tiempo que agregó que la PAC no es algo estático.

La PAC “ha evolucionado mucho en los últimos 20 años. Muchos elementos de la reforma de 2013 se van aplicando gradualmente a lo largo de varios años, entre ellos la distribución más equitativa de los pagos directos en y entre los Estados miembros, y las exigencias de `reverdecimiento´cuyo objetivo es frenar el monocultivo y el sellado del suelo, que están apenas empezando a tener un impacto ahora”, subrayó.

Al tiempo que la PAC sigue evolucionando, entre los asuntos relativos al futuro escrutinio dentro de la estrategia de simplificación de la UE se incluyen el etiquetado del vino, las denominaciones de origen y las indicaciones de origen protegidas y las nuevas normas sobre comunicación de datos relacionados con la producción de azúcar, después de que finalizara el sistema de cuotas.

“La última consulta pública sobre la modernización y simplificación de la PAC ha puesto sobre la mesa muchas más propuestas que serán consideradas en el contexto de la Comunicación de la Comisión, cuya adopción está prevista para el final del año”, destacó un portavoz de la UE

Una PAC más verde

Las políticas “verdes” desempeñan un papel fundamental en la nueva PAC. Mientras 44.200 millones de euros se gastaron en el marco del Eje Medioambiental en el período 2007-2013, para el período 2014-2020 se han previsto cerca de 112.500 millones de euros

Los Fondos Verdes sumaron al menos el 25% del pilar de Desarrollo Rural en el período 2007-2013, al tiempo que suponen al menos el 30% de todos los pagos directos en la PAC para el período 2014-2020.

Los agricultores reciben fondos de la UE para desarrollar actividades beneficiosas para el medio ambiente, entre ellas la diversificación de cultivos, el mantenimiento de tierras de pastos permanentes y el cuidado de áreas de foco ecológico (EFAs, por sus siglas en inglés), entre ellos setos, tierras en barbecho y lindes.

No obstante, la nueva PAC quizás no sea tan “verde” como afirma la Comisión Europea. Un estudio realizado por la oficina medioambiental europea (European Environmental Bureau, EEB) junto con Birdlife Europe detectó una bajada de 1.000 millones de euros en la financiación de medidas “verdes” cuyo objetivo es la protección medioambiental de las tierras de cultivo

Los Estados miembros de la UE establecen las exigencias específicas para las EFAs y otras medidas de “reverdecimiento”. Pero en su revisión de 2016 de la política de “reverdecimiento”, la Comisión Europea detectó grandes variaciones en toda la UE.

El estudio del EEB asegura que más del 80% de los pastos extensivos protegidos de los sitios Natura 2000 estaban en “condiciones desfavorables”, pero subraya que la idea original que subyace en la reforma de la PAC post-2013 era garantizar que el dinero público se utilizaba para pagar por bienes públicos.

“Esto se tradujo en buenas prácticas agronómicas, vinculadas con los pagos directos a los agricultores y con medidas más ambiciosas para el medio ambiente en el Desarrollo Rural”, aseguran varias ONG. No obstante, “esta intención desapareció rápido, y nos dejó con normativas básicas muy débiles”, explican.

La Comisión Europea defendió su política de “reverdecimiento”, alegando que por primera vez, los pagos directos a los agricultores estaban ligados a una lista previa de prácticas de protección medioambiental.

“En base a las notificaciones recibidas hasta el momento, la mitad de los agricultores de la UE están obligados ahora a aplicar medidas de protección medioambiental en el 80% de sus terrenos”, declaró un portavoz de la UE a EURACTIV. com

Nuevas exigencias medioambientales

El funcionario explicó que ahora es una exigencia legal gastar al menos el 30% del presupuesto de desarrollo rural de la UE en determinadas medidas de protección medioambiental y climática.

“Si analizamos los 118 programas de Desarrollo Rural, en estos momentos gastamos casi la mitad (49%) del presupuesto en esas medidas, o sea, más allá de esa exigencia legal”, explicó el portavoz, al tiempo que agregó que eso incluye cerca del 16% dedicado a pagos para Áreas con Limitaciones Naturales, lo cual “ayuda a prevenir el abandono de tierras y con ello a mantener la biodiversidad en los paisajes cultivados”.

Instalaciones de la empresa Embutidos Fermín, en La Alberca (Salamanca). Fotografía cedida por la compañía.

“Las emisiones que se originan en la agricultura se han reducido en un 24% desde 1990, al tiempo que el rendimiento total de la producción agrícola se ha mantenido gracias a la gestión de terrenos con el uso de modernas tecnologías, el mejor conocimiento y prácticas específicas para combatir el cambio climático”, aseguró el portavoz.

La agricultura es responsable directa del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE, no incluidas las emisiones de la maquinaria agrícola y el transporte.

Por otro lado, otro informe realizado en 2015 por el Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) detectó recientemente “costes exageradamente elevados” relacionados con programas financiados por la UE para apoyar la agricultura sostenible en Reino Unido, Italia, Dinamarca y Portugal.

Solamente 5 de los 28 proyectos auditados demostró su buena relación coste-eficacia, según el informe, publicado el pasado 21 de enero (2016).

Preguntado por EurActiv.com, el portavoz de Agricultura de la Comisión Europea, Daniel Rosario, aseguró que los puntos débiles detectados por los auditores de la UE estaban sobre todo relacionadas con la gestión de proyectos a escala nacional.

El funcionario europeo también quiso rebajar el impacto del programa para el presupuesto de la UE, argumentando que los proyectos de “reverdecimiento“ apenas “representaron el 0,6% del presupuesto de la PAC para el (pilar) de Desarrollo Rural” en el período 2007-2013, equivalente a 614 millones de euros.

En cuanto a las próximas medidas, Rosario aseguró que el ejecutivo de la UE ha dado pasos para ofrecer mejores directrices a los Estados miembros para la aplicación de los programas de desarrollo rural (PDR) en la fase de las Perspectivas Financieras 2014-2020.

No obstante, el portavoz agregó que “es necesario encontrar un equilibrio”, y advirtió del “riesgo de una carga administrativa excesiva” y de “restricciones financieras” para los Estados miembros que a menudo rechazan la exagerada burocracia de Bruselas.

Ayudar a los jóvenes agricultores

Otro objetivo clave de la política de desarrollo rural de la UE es reemplazar gradualmente a los agricultores de más edad. La cifra total de agricultores en la UE ha caído rápidamente en la última década, de los 14,5 millones en 2005 a los 10,7 millones en 2013. El número total de jóvenes agricultores también se contrajo de los 3,3 millones a los 2,3 millones en el mismo período.

Los agricultores y ganaderos menores de 35 años representaban apenas el 6% de todos los dueños de explotaciones de la UE en 2013, según datos de la agencia estadística de Bruselas, Eurostat. El 31,1% de los propietarios de explotaciones agrícolas tenían 65 años o más, y el 24,7% tenía entre 55 y 64 años en ese año, según la agencia comunitaria.

Eso plantea un interrogante acerca de la viabilidad a largo plazo del sector. Para abordar ese reto, La Comisión Europea asegura que la nueva PAC brindará a casi 180.000 jóvenes agricultores una ayuda o subsidio a la instalación.

“Además de eso, la última reforma de la PAC apoyó la iniciativa de la Comisión de proporcionar un 25% de complemento a las cantidades por pagos directos a los jóvenes agricultores menores de 40 años durante los primeros cinco años después de que entren en el sector”, subrayó Rosario, en declaraciones a EURACTIV. com.

No obstante, un informe del TCE publicado en junio de 2017 subraya que el apoyo de la UE a los jóvenes agricultores está con demasiada frecuencia mal concretado, y no ofrece resultados o un impacto específico.

En particular, los auditores hacen un llamamiento a incrementar el apoyo de manera más eficaz, para, de esa manera, impulsar una renovación generacional eficaz.

Según Janusz Wojciechowski, responsable del informe en el TCE, “el apoyo efectivo para los jóvenes agricultores es vital si queremos que la agricultura sea sostenible a lo largo de las generaciones”.

“Pero encontramos pocas pruebas del resultado de esas medidas, y si realmente ayudan a los jóvenes agricultores, sobre todo por la falta de concreción para definir los beneficiarios finales y la baja calidad de los indicadores”, explicó Wojciechowski

Deficiencias en la implementación de las medidas

Para el pilar de los pagos directos, el TCE comprobó que la ayuda no se basaba en una sólida evaluación de las necesidades, y no reflejaba el objetivo general de impulsar un cambio generacional en el campo europeo. En relación con el pilar de desarrollo rural, los auditores subrayaron que “está basado en líneas generales en una evaluación muy vaga de las necesidades”. No obstante, sus objetivos recogen parcialmente la meta general de alentar a que se produzca un cambio generacional.

Consultado por EURACTIV.com, un portavoz de la Comisión Europea subrayó que el ejecutivo de Bruselas está “muy comprometido” en mejorar su marco de gestión operativo en este terreno.

“Una sólida evaluación del impacto de la PAC en la renovación generacional debería tener en cuenta el efecto de varias medidas, no sólo las medidas específicas para impulsar a los jóvenes agricultores (….) la Comisión Europea hará este análisis, en una evaluación específica sobre la renovación generacional, que se pondrá en marcha al final de 2017”, explicó el funcionario de la UE.

El funcionario de Bruselas agregó sin embargo que el TCE auditó a una muestra relativamente pequeña del total del apoyo proporcionado, y que los jóvenes agricultores se benefician de otro tipo de ayudas importantes de la UE, más allá de las dos medidas específicas que fueron auditadas.

El funcionario europeo consultado agregó que alguna de las medidas auditadas están gestionadas por los Estados miembros, y que la Comisión sólo tiene un papel consultivo.

Impulsar la apertura de nuevos mercados

El acceso a los nuevos mercados es otra área que la UE confía en potenciar, para ayudar a los agricultores europeos.

No obstante, hasta la fecha esa promesa no se ha materializado. El embargo ruso a las exportaciones de alimentos occidentales combinado con el levantamiento de las cuotas lácteas de la UE en marzo de 2015, la bajada de la demanda en China y un cambio en los hábitos de consumo, se tradujeron en una caída de los precios de la carne de vacuno, el cerdo y la leche. El sector hortofrutícola también se vio muy afectado.

La Comisión tuvo que reaccionar de inmediato, y desbloqueó 500 millones de euros en ayudas para los agricultores, mientras las calles del barrio europeo de Bruselas eran literalmente “tomadas” por los manifestantes.

Las medidas de protección (red de seguridad) para el sector de las frutas y hortalizas se aplicaron por primera vez en 2014, en respuesta a la prohibición rusa a las importaciones de la UE, y se extendieron por tercera vez el 1 de julio de 2017, hasta junio de 2018.

Este programa ampliado tiene un presupuesto de 70 millones de euros, para beneficiar a los productores de frutas y hortalizas de la UE que, sin ellas, no encontrarían un mercado para sus productos, según explica Bruselas, Y también compensará a los agricultores que donan sus productos a organizaciones caritativas o las utilizan con otros fines, entre ellos para el uso como pienso para los animales.

“La situación económica global y el crecimiento económico mundial no son buenos, especialmente la situación de China. Un 3% menos de crecimiento en China significa una retracción del 1% a escala global”, explica a EurActiv.com Peter Pascher, de la Asociación de Agricultores de Alemania. Pascher aseguró que ha llegado el momento de reconsiderar la aplicación de sanciones a Moscú y de encontrar una salida al conflicto.

Japón ocupó el lugar de Rusia como cuarto mayor mercado exportador de la UE para productos agrícolas en 2016. Las exportaciones agroalimentarias al país del lejano oriente totalizaron 5.840 millones de euros para el período febrero 2016-enero 2017, un aumento del 9,1% comparado con el período anterior.

Las exportaciones a Rusia también crecieron entre febrero de 2016 y enero de 2017, pero a un ritmo menor, del 3,6%, para alcanzar un total de 5,740 millones de euros.

En un discurso sobre la PAC, el 7 de julio de 2017, Hogan subrayó que el acuerdo comercial con Japón, firmado recientemente entre ambas partes, podría “eliminar totalmente” los aranceles al vino europeo, a otras bebidas alcohólicas, algunos tipos de queso y al cerdo procesado, y reducir el arancel a la carne de vacuno del 38,5% al 9%.

“Esto supone que el 85% de los productos agroalimentarios de la UE exportados a Japón serán liberalizados a lo largo del tiempo”, subrayó el comisario europeo.

De hecho, la Comisión Europea considera el comercio internacional como un “tercer pilar” de la PAC.

Defender la agricultura UE de la competencia “low cost”

El ejecutivo de Bruselas cree que la agricultura de la UE debe estar orientada al mercado y debe ser competitiva en la escena mundial. Esto queda reflejado en el pilar de Desarrollo Rural de la PAC, cuyo objetivo es apoyar financieramente 360.000 proyectos de modernización agrícola y mejorar el acceso a nuevos mercados para los productos de la UE.

Pero el ejecutivo de la UE ha sufrido fuertes críticas por su posición negociadora con los países extra-comunitarios

En una reciente entrevista con EurActiv.com, el ministro griego de Agricultura, Evangelos Apostolou, aseguró que Europa debería defender los intereses de los productores que afronten la competencia “bajo coste” de países terceros. “También es importante desarrollar una herramienta europea para el crédito a la exportación, que impulse las exportaciones junto con la utilización de instrumentos financieros que concedan créditos blandos”, agregó.

La Comisión, por su parte, asegura que siempre lleva a cabo un análisis de impacto detallado antes de cerrar un acuerdo comercial.

“Los acuerdos comerciales bilaterales brindan oportunidades notables para el sector agroalimentario de la UE en su conjunto”, explicó recientemente Hogan, y añadió que el aumento en el comercio global de los productos agrícolas europeos ha contribuido a la expansión del sector agroalimentario de la UE, y con ello se ha generado más crecimiento y nuevos puestos de trabajo.

“En términos globales, las exportaciones agrícolas de la UE han tenido un comportamiento mucho mejor que la mayor parte de otros sectores en los últimos años, y la UE se ha convertido en un exportador neto, especialmente de productos con valor añadido », según Hogan.

Esto lleva a pensar que los acuerdos comerciales no han perjudicado a la agricultura europea, explicó.

“A medida que las poblaciones de Asia y África disponen de mayor renta, comprobamos que quieren consumir bebidas y alimentos europeos, y nuestros acuerdos comerciales abren esos mercados en expansión”, explicó el comisario

Confrontar el embargo de Rusia

En ese sentido, Pekka Pesonen, secretario general de la asociación de cooperativas agrícolas europeas (Copa-Cogeca), declaró a EURACTIV, que los esfuerzos de la Comisión para abrir nichos de mercado para compensarles por las pérdidas en el comercio con Rusia no se han traducido en un aumento del ingreso de los agricultores, a pesar de un crecimiento en las exportaciones.

“Tenemos que comerciar, tenemos que exportar y tenemos que seguir exportando, pero esos grandes mercados de exportación tienen un precio”, subrayó Pesonen.

“Para abrir esos mercados tuvimos que recortar precios, y ese hueco por supuesto se ha dejado sentir especialmente sobre los agricultores. Por eso, la renta agrícola cayó en 2016 comparada con 2015, que ya fue un año difícil”, agregó el secretario general de Copa-Cogeca.

Por otro lado, el Comité Europeo de las Regiones (CdR) aprobó recientemente sus recomendaciones sobre el futuro de la PAC, y se centró en la renta agrícola.

“El objetivo general es mantener una agricultura de alto nivel, sostenible y a un precio justo, que proporcione puestos de trabajo adecuadamente remunerados en todas las regiones de la Unión Europea, de acuerdo con el objetivo de cohesión territorial. La meta es también acercar más la PAC a las expectativas de los ciudadanos, y darle mayor legitimidad a su presupuesto”, asegura el CdR, al tiempo que agrega que la UE debería ejercer su influencia a escala internacional para cambiar la actual legislación sobre comercio agrícola internacional, y garantizar igualdad de condiciones legales en cuestión de tratados comerciales con terceros países.

El papel de las nuevas técnicas de cultivo de las plantas

Las nuevas tecnologías de cultivo (NBTs por sus siglas en inglés) se centran en desarrollar nuevos tipos de semillas de una especie determinada mediante ingeniería genética.

Son consideradas un ámbito nuevo y prometedor para el sector agroalimentario, e “incluso son necesarias para afrontar los nuevos retos globales, como el crecimiento de la población y el cambio climático”, según reza un informe del Centro Conjunto de Investigación (JRC por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea.

Los partidarios de la tecnología aseguran que las NBT no deberían considerarse Organismos Genéticamente Modificados (OGM), ya que las plantas resultantes del proceso no contienen ADN foráneo, el cual se habría podido desarrollar

de manera natural. Los detractores de los OGM afirman que se trata de una “maniobra” más para venderlos a los europeos “por la puerta de atrás”.

La Comisión Europea mientras tanto ha retrasado el esperado análisis legal de si las NBT deben o no ser consideradas OGM. Estaba previsto que el trabajo se hubiese terminado en el primer trimestre de 2016.

Tras una petición del comisario europeo de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, el sistema de asesoramiento científico (SAM, por sus siglas en inglés) publicó el 28 de abril de 2017 una nota explicativa sobre nuevas técnicas de biotecnología agrícola.

Una de las conclusiones principales de los informes es que esas nuevas técnicas se diferencian sustancialmente entre sí, y por ello agruparlas “no sería (una medida óptima) desde el punto de vista científico y técnico”.

“Esta precisión y el control de los cambios realizados son mayores que con el uso de cultivos convencionales o de técnicas establecidas de modificación genética. A consecuencia de ello, estas nuevas técnicas se traducen en menos efectos no deseados”, aseguran los expertos.

En relación con la evaluación sanitaria y medioambiental de los organismos derivados de estas técnicas, el informe destaca que habría que aplicar un enfoque caso por caso, que tenga en cuenta una serie de factores, entre ellos el medio en el cual se utiliza el producto final, y la práctica agrícola que se utiliza.

Fuentes de la Comisión Europea consultadas por EURACTIV, subrayaron que en la nota explicativa los expertos no se pronunciaron sobre asuntos legales ni tampoco se hicieron recomendaciones políticas. No obstante, las mismas fuentes de Bruselas explicaron que “en términos generales, la Comisión considera que se necesita una amplia reflexión en la UE sobre las nuevas técnicas de cultivo y la innovación en el sector de las semillas (y en otros sectores)”.

Agricultura de precisión o “agricultura digital”

Los legisladores de la UE ya han comenzado a pensar en el futuro de la agricultura en Europa después de 2020.

La creciente presión para aumentar los rendimientos, combinada con la necesidad de proteger el medio ambiente ha llevado a los agricultores europeos a explorar prácticas « innovadoras » con el objetivo de producir más con menos insumos.

La agricultura inteligente o de precisión está en el centro de los debates, pero el regimen exacto bajo el cual quedará incluida en la PAC más allá de 2020 sigue dividiendo a las partes interesadas.

El principal concepto en la agricultura de precisión es la optimización, lo cual se traduce en una aplicación exacta de los insumos, entre ellos los fertilizantes, los pesticidas y el agua para irrigación, lo cual produce impactos positivos para el medio ambiente.

Con ello se mejora la calidad de los productos, y el consumo energético se reduce notablemente, según explican los expertos.

Una imagen del tractor autónomo sin cabina. Foto: CNH Industrial Corporate, London UK

No obstante, todavía no está claro si producir más con menos tendrá un impacto positivo en los precios de los alimentos. Fuentes de la Comisión Europea aseguran que la agricultura de precisión podría “potencialmente” hacer bajar los precios, pero no lo afirman de manera categórica.

También creen que la tecnología podría potenciar la “agricultura transparente” y, como resultado de ello, informar mejor a los consumidores europeos sobre los alimentos que consumen a diario.

Pero el sector agrícola europeo sigue confrontado a diversos retos, que todavía le dificultan entrar en la era digital. Esos desafíos van desde el coste de los equipos técnicos, la falta de infraestructura de banda ancha en las áreas rurales, la transición intergeneracional a una economía digital (“e-transition”), y, último, aunque no por ello menos importante, le recolección y gestión de “big data”.

De los 300 millones de ciudadanos de la UE que viven en áreas rurales, sólo el 25 % tiene cobertura de banda ancha rápida o ultra-rápida, en comparación con cerca del 70 % de cobertura en áreas urbanas. El objetivo de la UE es garantizar que todas las empresas y hogares tiene acceso a banda ancha de internet a una velocidad de al menos 30MB/s para 2020.

El eurodiputado del Partido Democrático italiano Paolo de Castro (miembro del grupo S&D en la Eurocámara) declaró recientemente a EURACTIV.com que el marco legal de la PAC debería ser más sencillo y flexible, y debería garantizar un sistema de toma de decisiones eficaz y dinámico.

“También serán necesarias fuertes inversiones en el desarrollo de las tecnologías de la agricultura de precisión y en la generalización de su uso de una manera integrada, que tenga en cuenta el clima, la energía, y las políticas agrícola y digital”, subrayó de Castro.

Por otro lado, algunas ONG especializadas en temas medioambientales, además de algunos legisladores de izquierdas, argumentan que la agricultura de precisión podría ser beneficiosa en muchos casos, pero también podría tener efectos nocivos.

Los efectos de la innovación y la tecnología

Lidia Senra, miembro de Alternativa Galega (perteneciente al grupo GUE/NGL en el Parlamento Europeo) y coordinadora en la Comisión de Agricultura de la Eurocámara, declaró recientemente a EURACTIV.com que la innovación y la tecnología podrían, en efecto, aportar valor añadido a la lucha contra el cambio climático y a los esfuerzos para apoyar el derecho a la alimentación y el empleo.

“No obstante, (la innovación y la tecnología) son utilizadas para alentar una mayor concentración de la riqueza, y para empobrecer y hacer más precaria a la gran mayoría de la sociedad”, aseguró la eurodiputada española.

Otro asunto relevante del cual los responsables políticos europeos tendrán también que ocuparse con sumo cuidado es la utilización de datos. En ese sentido, en una entrevista reciente con EURACTIV.com, Hogan, aseguró que “todo se centra en cómo organizamos la propiedad y el acceso a los datos, con el objetivo de que mejore la posición de los agricultores, y que las nuevas tecnologías no la debilite”.

Otro elemento clave de la agricultura de precisión es que, según apunta la Comisión Europea, podría ser un factor para motivar y atraer nuevamente a los jóvenes a las tareas del campo, y que de esa manera puedan contribuir a una amplia transformación rural, con destrezas digitales reforzadas.

 

Imagen de una planta industrial de tratamiento de tomate. Foto: Cedida por Cooperativas Agro-alimentarias de Extremadura.

Posiciones de grupos políticos, asociaciones y ONGs

A la pregunta de si queda lugar en la PAC post 2020 para la agricultura digital, numerosos expertos y actores clave del proceso respondieron a las preguntas de EURACTIV.com.

Daniel Azevedo, asesor político senior para Copa-Cogeca aseguró: “la nueva PAC debería modernizarse, de lo contrario los agricultores de la UE no podrán competir en un mercado dinámico global (…), los agricultores no van a invertir en tecnología en pos de fondos públicos, sino justo lo contrario: lo harán si ven el valor añadido que les pueda suponer la utilización de esa tecnología”.

“Un agricultor necesita ver para creer (…) quiere ver los resultados antes de comprometerse”, asegura por su parte el analista de Copa-Cogeca Paulo Gouveia.

Por otra parte, Iman Boot, vicedirector de Unidad en la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea (DG Agri), aseguró que a pesar de las actuales dificultades, la agricultura de la UE tiene ante sí grandes oportunidades. “Tenemos enormes retos en agricultura (…) pero hay buenas razones para ser optimistas. Y también estupendas oportunidades ante nosotros”, comentó Boot.

“Una oportunidad es la promesa de que con la agricultura de precisión tendremos muchísimas posibilidades de aumentar nuestra productividad para así producir más con menores insumos”, subrayó Boot, al tiempo que agregó que en la UE ya se están poniendo en marcha cada vez más métodos agrícolas con apoyo de las nuevas tecnologías.

En palabras de Luc Vernet, experto en temas agrícolas del “think tank” Farm Europe, no hay necesidad de crear un tercer pilar para la agricultura de precisión ni tampoco revisar en profundidad la PAC. Según Vernet, sólo serían necesarias unas leves adaptaciones tanto en el primero como en el segundo pilar.

“El principal punto, hoy por hoy, es reconocer el papel positivo de esas nuevas técnicas, y tener en cuenta los resultados que puede proporcionar para aumentar tanto la sostenibilidad medioambiental como el crecimiento económico en Europa”, declaró Vernet a EURACTIV.com, al tiempo que añadió que tanto el pilar de los pagos directos como el de desarrollo rural tienen un papel que desempeñar en todo el proceso.

Cerca de 2,9 millones t de tomate industrial en España. Foto: Cedida por Cooperativas Agro-alimentarias de Extremadura

Por otro lado, la Asociación de Maquinaria Industrial Agrícola de Europa (CEMA por sus siglas en inglés) sugirió la introducción de un bono de productividad para la agricultura sostenible (ASPB por sus siglas en inglés) en la PAC, que apoye las inversiones en tecnología verde, entre ellas la agricultura digital.

“Los agricultores que sean capaces de incrementar su productividad al tiempo que cumplen estrictamente las normas debería ser recompensados”, asegura el CEMA en un documento de reflexión publicado el 10 de marzo de 2017.

Por otra parte, la Unión para la Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad (NABU, por sus siglas en inglés) publicó recientemente un análisis en el cual se asegura que la actual PAC ni se ocupa de la falta de rentabilidad de las explotaciones agrícolas de pequeña escala ni tampoco de los retos que supone el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

En ese sentido, NABU recomienda un nuevo modelo basado en pagos más elevados a aquellos agricultores que gestionen sus tierras de manera sostenible, y que aplican medidas específicas para impulsar la biodiversidad. “Las explotaciones (agrícolas y agrarias) de la UE que apuesten sólo por cumplir las exigencias legales básicas dejarán de recibir dinero público”, se asegura en el documento.

 (Texto: Sarantis Michalopoulos, Samuel White (EA.com) y Fernando Heller/versión española (EuroEFE)
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