Las pérdidas económicas por la muerte por inanición de 45 vacas en una explotación ganadera de Berastegi (Gipuzkoa) ascienden a 90.000 euros, según una primera estimación realizada por la Diputación Foral. El portavoz foral, Imanol Lasa, ha confirmado en una rueda de prensa en San Sebastián que los primeros indicios apuntan al «abandono» o «mala gestión» de la explotación pero «en ningún caso» indican que el «maltrato» hubiera sido «intencionado».

Por su parte, la Fiscalía Medioambiental de Gipuzkoa ha anunciado que abrirá unas diligencias de investigación para determinar las circunstancias en las que fallecieron las 45 vacas muertas  según han informado a Efe fuentes del Ministerio Público.

Estas fuentes han precisado, no obstante, que el hecho de incoar estas diligencias no determinará que la investigación concluya necesariamente con la presentación de una denuncia penal, ya que es preciso estudiar con detalle lo sucedido.

Fueron los propios vecinos de la localidad los que alertaron al departamento foral de Agricultura y Desarrollo Rural del fuerte hedor que procedía de estas instalaciones ganaderas por lo que se envió a un veterinario al lugar.

El técnico foral encontró las reses muertas, tras lo cual levantó acta del hallazgo y se activó el protocolo correspondiente en estos casos.

Los cadáveres de las 45 vacas fueron trasladados el viernes al centro de incineración de animales de Ortuella (Bizkaia), al tiempo que se comenzó a alimentar y tratar al ganado vivo, además de realizar labores de desinfección de los establos.

Se ha abierto un expediente para recabar toda la información sobre lo sucedido y determinar si habrá sanción o no

Fuentes de la Dirección de Agricultura y Desarrollo Rural de la Diputación explicaron que también se investiga si pudo fallar el sistema mecánico que abastece a los pesebres de comida.

Imanol Lasa ha asegurado que una vez abierto un expediente, el paso siguiente es recabar toda la información sobre lo sucedido para poder determinar después si corresponde aplicar una sanción.

«Nosotros no vamos a entrar en el trasfondo personal que pueda haber detrás de esta desgracia. Nos toca estudiar los hechos, analizar qué es lo que ha fallado exactamente, tomar las medidas oportunas y, en su caso, las sanciones que correspondan», ha añadido.

Lasa ha adelantado que un primer análisis apunta a que las pérdidas económicas para la explotación ganadera por la muerte de 45 vacas ascienden a 90.000 euros, a los que habrá que añadir después el costo que supusieron las labores realizadas por la institución foral como el traslado de los ejemplares muertos y la atención de los que aún se encontraban con vida.

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