Jose Manuel de las Heras Cabañas / Coordinador Estatal de Unión de Uniones

En el Congreso de los Diputados la pasada semana, el ministro de Agricultura obvió tanto el asunto de la democracia en el campo que varios de los grupos no pudieron hacer más que preguntar. Compromís, Esquerra, Podemos, PdeCat…y en una PNL previa también lo había hecho Ciudadanos, por lo tanto casi todos los que no representan al antiguo bipartidismo implantado en el estado en los últimos 40 años y que, creemos, tampoco pueden ser ignorados.

Y sí, el ministro se defendió y dijo lo que otros llevan diciendo la friolera de diez años: “Sí, sí, no le quiero quitar importancia al asunto, pero…” Pero el tiempo pasa y por mucho cambio político que haya, todo parece que queda congelado en el Ministerio de Agricultura, tanto, que se podría hablar del Ministerio del Tiempo, porque los pocos avances que se hicieron con la Ley de Cañete – aunque no a gusto de todos- se quedaron en papel mojado con Tejerina, parece que Planas puede dejar en segundo o tercer plano  lo de la democracia en  el sector agrario

Como somos una organización apartidista, independiente de grupos económicos y de sindicatos de clase, aunque esos grupos no nos tengan mucha simpatía, no entenderíamos a estas alturas el PSOE no quiera una regeneración democrática en este sector, cuando tanto hablan en sus programas electorales y en debates televisivos, a pesar de lo que ASAJA-CEOE o UPA-UGT y sus alianzas presionen para que no se mueva nada.

Entiendo que la regeneración democrática consiste en reunirse con los interlocutores que eligen los ciudadanos y no con los que más cómodos le resulten al gobierno. En todos los ámbitos y, también en el campo.

Además,  eso no impide atender ningún otro asunto de importancia, más bien facilita consensuar las cosas de verdad y no a espaldas del sector, valiéndose – como hemos visto en el pasado- de representantes en muchos casos elegidos por los propios políticos que practican con facilidad y complacencia el “sí, bwuana” con quien les nombra y les sostienen sus estructuras con dinero público.

Hemos visto con su predecesora demasiados acuerdos, de esos  que supuestamente firmaba  “todo el sector” con foto de propaganda  en la escalera del Ministerio, que el 90% de los agricultores y ganaderos ni conoce, ni les han valido para nada. Esperamos algo muy distinto para esta nueva etapa en la que muchos ciudadanos esperábamos ver menos corrupción, y más diálogo sin prepotencia y sí, más democracia en este sector.

No dudamos de que el ministro tenga su visión sobre la representatividad y de cómo se mide, nosotros también la tenemos y el problema es que en este país, con la excepción de 4 comunidades autónomas, es que no se mide, se concede u otorga, como los títulos nobiliarios y se basa en certificados de políticos con un sistema que del que se avergonzarían hasta los líderes del sindicalismo vertical de la dictadura.

Afrontar  los grandes problemas que tienen el sector agrario, bajas rentas, malos precios, inputs caros, reformar la PAC o la Cadena Alimentaria no impide aclarar la representatividad agraria.

Conviene recordar que las comunidades autónomas ya lo han hecho Castilla y León, Cataluña, Extremadura y Madrid y lo han hecho  en todos los casos con el consenso de todas las opas, de todos los partidos incluido el del PSOE. En resumen no es complejo, no es caro, no requiere de largos periodos de tiempo como nos quieren vender, solo hay que querer hacerlo.

El problema de las resistencias a generalizar el proceso de elecciones (o de clarificación democrática) es que el resultado de esas elecciones en las que ya ha votado un tercio del electorado del país es que la parte del iceberg que ya asoma fuera del agua, deja en muy mal lugar a algunas organizaciones y pone en 2º lugar a muy corta distancia de la primera a la organización que represento.

Defenderemos los  intereses de los agricultores y ganaderos que nos han otorgado su confianza todas las formas legales, seamos más o menos bienvenidos porque los agricultores y ganaderos que han confiado en nosotros se lo merecen.

Por otra parte aquellas que se consideran  más representativas, si tan seguras de su fuerza y representatividad en el sector ¿por qué tanto miedo y tantas trabas y excusas a que los agricultores y ganaderos expresen su opinión de forma libre directa y secreta? Procesos tan clarificadores y democráticos como ha vivido el PSOE dejando hablar y decidir claramente a su militancia y como vemos ahora también poner en marcha al Partido Popular, me merecen un gran respeto y me parecen una llegada de aire fresco a esta democracia y sus instituciones del que creo que todos debemos alegrarnos.

Anímese y permita sin dilaciones ni excusas mil veces repetidas para que ese proceso llegue también al conjunto del sector agrario. ¿Las elecciones pa’ cuándo?

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