El sector ganadero ha llegado a ÍTACA. Una ÍTACA distinta a la que imaginaba Ulises y evocaba Penélope, pero con la similitud de que llegar hasta allí también ha sido una odisea, con cantos de sirena, cíclopes y vientos en contra incluidos.

ÍTACA es la herramienta definitiva. No significa otra cosa que  “Sistema de Identificación, Trazabilidad y Calidad”. El objetivo último de la misma es dotar al sector del ibérico de transparencia para evitar cualquier confusión o picaresca.

Y es que el sector del ibérico ha dado un golpe sobre la mesa en su conjunto bajo el paraguas de su interprofesional ASICI y ha decidido ordenarse de una vez, para transmitir homogeneidad y claridad al consumidor final y valor al producto.

LA INFORMACIÓN SE ORGANIZA DESDE EL CAMPO HASTA EL PRODUCTO

Estas ganas de ordenarse y homogeneizar vienen marcadas por el RD 4/2014 que redefinía los criterios de calidad de manera muy clara y con un glosario para que todos los operadores hablasen el mismo idioma. Luego con la extensión de norma, la promoción de productos ibéricos tomaba forma, al igual que la investigación y los distintos estudios que se han hecho sobre las bondades del jamón ibérico para el bienestar de las personas.

Es en este contexto donde ÍTACA toma las riendas como una herramienta que consigue organizar toda la información, desde el campo al producto. Así, los lechones nacen y empieza el conteo hasta su sacrificio, realizando su seguimiento a través de crotales, con un código único alfanumérico.

Esta gestión de la información, además, es inteligente, ya que no permite introducir datos que no se correspondan con lo introducido anteriormente o con animales y características que no consten en los libros genealógicos de AECERIBER, la Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico.

íTACA TIENE PREVISTO CONTINUAR SU DESARROLLO HASTA COMPLETAR LA CADENA DE VALOR

A partir de la asignación de los crotales, cuyos proveedores también se encuentran en ÍTACA, el ganadero meterá toda la información hasta el momento en que el animal llegue al matadero. Ahí, se produce la pesada que, a través de un sistema remoto, TRIP – Terminal Remoto Interfase de Pesadas – se conecta con ÍTACA y se cruzan los datos. Si el animal no alcanzase el peso que debía tener, saltará una alarma y, por tanto, no se podrá completar el proceso de calidad que termina con la colocación de los cuatro precintos que caracterizan cada una de las categorías de jamón ibérico (negro, rojo, verde y blanco)  y  que tienen que ver con la raza, la alimentación y el manejo del animal.

ÍTACA se para ahí, pero tiene previsto continuar para conectar las siguientes fases de la vida del producto, un producto al cual hacen un seguimiento exhaustivo los veterinarios del equipo de ASICI, visitando puntos de venta y haciendo sendos informes sobre el cumplimiento o no de la norma, a través  de los distintos precintos y a través de los códigos correspondientes al jamón o paleta.

ASICI HA DADO FORMACIÓN A GANADEROS Y ORGANIZACIONES AGRARIAS

Hoy por hoy, el peso de la plataforma recae sobre los ganaderos, la mayor parte en zonas rurales donde internet no es aún muy potente, si bien el Ministerio ha puesto en marcha un ambicioso proyecto de inversión en digitalización de más de 50 millones de euros hasta 2020 para seguir fomentando la actividad en estas zonas.

ASICI, desde el lanzamiento de la plataforma, ha realizado una tournée dando charlas de formación a ganaderos y organizaciones agrarias para que conocieran  bien el funcionamiento y las conexiones de cada una de las pestañas o secciones. Igualmente, pone a disposición  un equipo de técnicos que resuelven en tiempo real los problemas o dudas que puedan tener, caracterizándose por una capacidad de respuesta rápida. Ejemplo de ello fueron las quejas que llegaron por parte de APAG Extremadura ASAJA y que la interprofesional resolvió en cuestión de pocas horas migrando a un servidor más ágil.

La interprofesional tiene grandes planes para el sector para seguir fomentando la transparencia y ya está estudiando mejoras en la herramienta así como los códigos de identificación de calidad de la caña de lomo o el jamón ibérico loncheado, cada más vendido y con una previsión de crecimiento muy alta, sobre todo gracias a la exportación.

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