Avanza a buen ritmo la cosecha de girasol en Castilla y León, con unas producciones en general buenas y muy por encima del año pasado, extremadamente seco. Sin embargo, los desequilibrios en el mercado por culpa de una importación masiva de pipa desde Europa del Este, de Ucrania principalmente, presionan a la baja los precios, que apenas cubren los costes de producción.

Eso explica que la principal comunidad autónoma productora, Andalucía, haya elegido en este 2018 otras alternativas, reduciendo de forma importante la superficie de girasol, lo que aúpa por primera vez a Castilla y León, hasta ahora segunda productora, al primer puesto por superficie y producción.

Ya no es rentable incluso sumando la ayuda por hectárea que recibe como oleaginosa

Para ASAJA, “los cultivadores de girasol en Castilla y León se están resistiendo a abandonar el girasol por las escasas posibilidades de cultivos que existen en la meseta, y también porque el girasol es una buena alternativa agronómicamente, puesto que las labores se realizan cuando el cereal ya está cosechado, y porque por sus características contribuye a un buen estado de las parcelas”.

Sin embargo, las reiteradas pérdidas que soportan los agricultores hace temer una reducción progresiva de la superficie, “porque los precios que se pagan no lo hacen rentable y apenas cubren los gastos de producción, incluso sumando la ayuda por hectárea que recibe como oleaginosa”, apunta la OPA.

Los desajustes del mercado están causados principalmente por la entrada masiva, bien como pipa o directamente como aceite, de girasol procedente de los países ribereños del Mar Negro. Años atrás estas importaciones se derivaban en buena parte a la producción de biodiésel, que hoy por hoy está en declive, con lo cual el destino principal del aceite es el consumo humano. En este sentido, ASAJA pide que “se identifique claramente la procedencia del aceite de girasol para que el consumidor sepa que es español, porque en otros países no existen los mismos controles ni exigencias medioambientales que cumplimos aquí”.

Producciones de girasol en Castilla y León

Este año 2018 se ha sembrado girasol en Castilla y León en 281.208 hectáreas de girasol, que son 15.103 más que las del año 2017 y que representa un incremento del 5,7 por ciento. Nuestra región tiene el 38,3 por ciento de la superficie nacional de girasol, siendo la comunidad autónoma que más siembra, por delante de Andalucía y Castilla La Mancha. La distribución provincial es la siguiente:

Ávila Burgos León Palencia Salamanca Segovia Soria Valladolid Zamora
5.960 65.079 9.404 38.571 16.115 29.605 44.767 45.370 26.337

La mayor parte del girasol se siembra en secano, apenas un 11,5 por ciento se cultiva en regadío. Por ello, la llave de la producción en Castilla y León está en las lluvias de primavera y verano, como ha ocurrido este año excepcional, que han permitido elevar las producciones sobre la media.

En cuanto a la producción, según los últimos datos facilitados por la Junta de Castilla y León, de julio de 2018, se espera alcanzar las 376.565 toneladas, lo que supone un incremento del 34 por ciento respecto a la cantidad cosechada el año anterior, con unos rendimientos medios de 1.340 kilos por hectárea. Castilla y León, normalmente, aporta entre el 31 y el 33 por ciento de la producción de girasol nacional, siendo la segunda comunidad autónoma productora, por detrás de Andalucía, aunque este año, si las previsiones se confirman, vamos a ser la primera, con una mayor participación en el total. La producción esperada en cada provincia es la que sigue:

Ávila Burgos León Palencia Salamanca Segovia Soria Valladolid Zamora
5.383 98.827 13.914 66.144 14.133 24.703 48.443 72.163 32.855

 

Precios que no acompañan

Sin embargo, el precio no está acompañando a los incrementos de superficie y producción. En los últimos 3 años el precio medio en Castilla y León ha bajado un 12,5%:

2015 360,7 €/t
2016 339,1 €/t
2017 315,6 €/t

En las lonjas de la Comunidad Autónoma, en 2018 todavía no ha comenzado a cotizar el girasol, pero en la lonja de Sevilla (donde los precios suelen ser más altos que en Castilla y León) las últimas cotizaciones son 312-315 €/t para el girasol convencional. Otro problema añadido para la Comunidad Autónoma es el escaso peso de su industria extractora, que se agrupa principalmente en el sur de España.

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