Ni la tensión, ni las amenazas, ni siquiera el cambio de postura del ministro Luis Planas respecto a la autorregulación parecen afectar al precio del aceite de oliva en origen, ya que una semana más ha visto cómo volvían a caer. Y lo lamentable es que lo hace precisamente por las buenas noticias, ya que las buenas previsiones de cosecha está provocando que el mercado se mantenga con niveles de demanda muy bajo.

En este contexto, según fuentes de Oleoestepa, los descensos de precios fueron generalizados, con los lampantes bajaron hasta los 1.850 euros/tonelada frente a los 1.900 euros de la semana anterior. En virgen se cerraron operaciones a 1.950 euros (2.100 euros, la semana anterior) y en extra a 2.450 euros (2.500 euros, la anterior).

Por su parte, el sistema Poolred de la Fundación del Olivar recoge descensos generalizados en todas las calidades. En el aceite de oliva virgen extra se fijó un precio medio de 2.240 euros frente a los 2.319 euros de la semana anterior. El virgen bajó hasta los 1.984 euros (2.029 euros de la semana anterior) y el lampante se situó en 1.826 euros por tonelada (1.858, la anterior).

Según el último Informe semanal de Coyuntura del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en la semana 19, que va del 6 al 12 de mayo, hubo un comportamiento dispar en las cotizaciones semanales de los aceites de oliva (0,86% en el aceite virgen extra, 0% en el aceite de orujo crudo, 0% en el aceite de orujo refinado, 0% en el de oliva refinado, -0,32% en el aceite lampante y -0,30% en el aceite virgen. El precio de aceite de girasol refinado no varía.

Con este panorama, la gran duda es saber cómo va a reaccionar finalmente el sector. Para empezar esta tensión y las amenazas ya se han concretado en la convocatoria de una protesta para finales de mes en Jaén, aunque inicialmente sin unidad de acción entre todas las OPAs, y en la Estatal del Aceite de COAG ya dejaron claro que «no nos vamos a quedar cruzados de brazos, vamos a ir a la calle, a pelear«.

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