El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha mostrado su apoyo a la caza, una actividad que en la región «se hace con muchísimo respeto», y ha advertido de que si el Gobierno central tiene «alguna tentación de tocar o atacar lo más mínimo este sector, nos van a tener claramente enfrente»

El presidente castellanomanchego ha realizado estas declaraciones después de que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijera en una entrevista radiofónica que no es partidaria de los toros ni de la caza y que personalmente sería partidaria de su prohibición.

En el acto de inauguración de la reforma del colegio público Princesa Sofía de la localidad conquense de Minglanilla, el presidente castellanomanchego ha defendido la actividad cinegética y ha subrayado que en Castilla-La Mancha se practica «con muchísimo respeto, conforme a la ley y según planes cinegéticos que son determinantes para sostener el medio ambiente».

Si el Gobierno central «tiene alguna tentación de tocar o atacar lo más mínimo a la caza, nos va a tener claramente enfrente»

Además, ha subrayado que Castilla-La Mancha es «la gran zona de cacería de España», por lo que esta actividad es «enormemente rentable desde el punto de vista económico» en la región, al tiempo que ha recordado que los cazadores también tienen sus derechos.

Por ello, ha advertido de que si el Gobierno central «tiene alguna tentación de tocar o atacar lo más mínimo a la caza, nos va a tener claramente enfrente».

También relacionado con el medio ambiente, el presidente castellanomanchego ha tachado de «atropello» la posibilidad de que se autorice un nuevo trasvase del Tajo al Segura y ha apostado por concebir la gestión del agua desde una «sensibilidad ambiental».

A su parecer, lo que se ve en la cabecera del Tajo es «simple y llanamente una falta de oportunidades, falta de vida y falta de sostenibilidad ambiental», pues ha considerado que con los sucesivos trasvases se convierten «los ríos en cloacas».

«Se insiste en que el Tajo en vez de desembocar en el Atlántico, desemboque en el Mediterráneo y eso es un atropello no solo para la economía y para los intereses de la región, sino también para un medio ambiente sostenible», ha lamentado el presidente castellanomanchego, que ha apostado por la desalación, para que «haya agua para todos, para todos los usos» y también para el regadío, incluido el de Castilla-La Mancha.

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