La Alianza UPA-COAG ha pedido prudencia a los productores de Castilla y León para que no se precipiten a la hora de vender el cereal debido a la intención de los almacenistas de tirar a la baja los precios, tras una cosecha marcada por condiciones climatológicas «extremas» que han calificado como «aceptable».

Según ha señalado en un comunicado, la prudencia a la hora de vender es necesaria «porque como siempre han hecho los almacenistas y fabricantes de piensos ejercen presión sobre los agricultores para manejar a su antojo los volúmenes de producción con el objetivo de hundir los precios de los mercados y comprar barato a los productores».

La Alianza UPA-COAG cifra en 6,8 millones de toneladas la cosecha de cereal en Castilla y León, con rendimientos medios de 3.600 kilos, «que desde luego no responden a la excepcional campaña que algunos se apresuraron a adelantar públicamente hace semanas. Con estos datos nos encontramos ante una campaña ligeramente superior en producción respecto a la media de 6,5 millones de toneladas de los últimos 25 años en nuestra comunidad autónoma».

Pese a que algunos vaticinaban como cosecha histórica, finalmente se ha quedado en buena ‘a secas’ o simplemente aceptable

Las provincias con mejores producciones han sido Zamora y Valladolid,  aunque otras como Ávila, Segovia, Salamanca o Soria han tenido peores resultados con León, Palencia y Burgos como las más afectadas por las tormentas de pedrisco, lo que en conjunto ha provocado unos resultados finales muy alejados de los del año 2016, donde se recogieron a nivel regional ocho millones de toneladas

La campaña de cereales comenzó en Castilla y León con un mes de octubre extremadamente cálido en la mayor parte de la Comunidad, y muy seco, con un déficit de precipitación del 80% respecto a la media mensual, que afectó a las siembras. Y en noviembre continuó la falta de lluvias, que fue un 50% inferior a lo habitual.

El invierno continuó con un febrero muy frío y húmedo. Las precipitaciones de ese mes fueron un 45 % por encima de lo habitual, y esta situación se extendió a marzo, que fue muy frío, muy húmedo, ventoso y con muchos días de nieve. Las elevadas precipitaciones en primavera y principios de verano ha puesto en dificultades a muchas zonas de la región, especialmente las del norte, que sumado a las fuertes granizadas caídas de forma generalizada ha perjudicado severamente la cosecha especialmente en zonas de provincias como Burgos, León y Palencia.

Así pues, lo que algunos vaticinaban como cosecha histórica, extraordinaria e inmejorable en Castilla y León finalmente se ha quedado en buena ‘a secas’ o simplemente aceptable, a expensas de conocer la evolución de los precios en las próximas semanas, que permitan recuperar el desastre del año pasado, con apenas 2,8 millones de toneladas. Por ello, insisten en pedir prudencia a los productores y que no se precipiten a la hora de vender.

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